Noya: "Como tu cuerpo no asimile la comida y la bebida vas a tener problemas"

El triatleta gallego estuvo visitando la planta de Bridgestone en Basauri.

(Imagen: Bridgestone España)

Javier Gómez Noya ha estado este lunes en Bilbao visitando la fábrica de Bridgestone, uno de sus patrocinadores. Antes, ya había cumplido con su tarea diaria: "15 kilómetros de carrera esta mañana antes del amanecer y sesión en la piscina hechas", comentaba en las redes sociales antes de acudir a la planta de Basauri el triatleta gallego, que desde desde hace semanas ha incrementado el volumen de los entrenamientos, en detrimento de la intensidad, y que ya sabe dónde debutará.

"La idea es hacer el Ironman de Australia como preparación y para asegurar la clasificación para Hawaii. La forma de entrenar cambia, la bici es más importante y el gimnasio también. Entreno tiradas más largas, sin hacer los ritmos tan rápidos que hacía en pista y en total trabajo más horas. También es importante la alimentación. Son pruebas de ocho horas y por mucho que domines los ritmos como tu cuerpo no asimile la comida y la bebida vas a tener problemas", ha explicado en una entrevista concedida a deia.com.

Javi es consciente de la dificultad del desafío pero, como a lo largo de toda su carrera, luchará por ganar. "Me cansaría de perder. Ganar siempre es bienvenido y es lo que me alimenta. Cuando logro buenos resultados, es la recompensa a mucho trabajo. Si haces todo ese esfuerzo y los resultados no llegan, es cuando puedes dudar y lo acabas dejando", ha asegurado el vigente campeón del mundo Ironman 70.3, que de los muchos triunfos que ha conseguido a lo largo de su trayectoria se queda con dos momentos...

"Uno que quizás no sea tan importante pero que marcó un punto de inflexión en mi carrera fue cuando gané el Campeonato del Mundo Sub-23 en Nueva Zelanda, en 2003. Me hizo ver que podía tener un futuro en este deporte y aspirar a metas más importantes. A partir de ahí fui profesional. Luego, también está el Campeonato del Mundo de 2013 y el sprint con Jonathan Brownlee. Fue una carrera intensa y, tras ocho pruebas a lo largo del mundo, todo el Mundial se decidió en el sprint final y lo gané".