"Último entreno fuerte y solo puedo decir algo que ya he dicho muchas veces: Cada día entiendo menos el cuerpo. Tras la lesión del isquio, el Campeonato de España, un virus estomacal y una semana dura de entrenos, acabo de hacer el que posiblemente sea el mejor entreno del año con diferencia: 2x(3000-12km bici-1500). Ritmos que ni soñaba hacer y que me dan un plus de confianza de cara al Mundial"... Son las palabras de Emilio Martín en las redes sociales hace pocos días. Y si lo dice quien tiene en su palmarés dos oros mundialistas (Adelaida 2015 y Nancy 2012), tres platas (Penticton 2017, Avilés 2016 y Cali 2013) y un bronce (Pontevedra 2014), habrá que hacerle caso y confiar plenamente en sus opciones de luchar, por enésima vez, por la victoria en el Mundial de Duatlón que, como en 2014, acoge Pontevedra este sábado.
En vísperas de la competición, el propio Emilio, que en junio cumple 37 años, nos explica cómo fue, para un atleta de élite como él, su proceso de adaptación a la bici hasta llegar a ser uno de los mejores duatletas del mundo.
"Fue bastante rápida. De hecho, cuando cogía la bici entre temporada y temporada de atletismo, no se me daba mal. Fue uno de los principales motivos por los cuales empecé en el duatlón.
Al principio entrenaba unas 3 sesiones a la semana de bici y la duración media era de 1h30’. Poco a poco fui aumentando el número de sesiones y la duración de las mismas. Me daba miedo meter mucho volumen y que eso me perjudicara en mi nivel de carrera a pie, que por aquel entonces era mi fuerte.
Intenté centrarme en esos primeros meses en la intensidad por encima del volumen, por decirlo de alguna manera. Eso me sirvió al principio para aguantar grupos e incluso poder tirar en algunas pruebas, pero me di cuenta de que, si quería ser un buen duatleta, iba a tener que trabajar duro en la bici, y en eso nos centramos a continuación, ya en manos del que todavía es mi entrenador, Iván Muñoz.
Para mejorar pensamos casi de inicio que era fundamental controlar los entrenamientos por potencia y tuvimos la suerte de dar con Pablo Sáez (Tamalpais), que nos ha ayudado en este sentido facilitándome material Powertap.
He tenido claro que para ser un buen duatleta/triatleta hay que ser fuerte en bici, no solo por la posibilidad de poder ganar carreras escapándote en bici, sino porque a la hora de bajarse a correr lo haces mucho más descansado. La metodología que hemos utilizado se ha centrado siempre, por norma, en no abusar del volumen y hacer un buen trabajo de calidad. Puedo decir que, desde que soy duatleta, los entrenamientos duros de verdad han sido en bici, donde siempre que tocaban series intentaba dar el 100%.
En pruebas sin drafting creo que no soy tan fuerte porque es verdad que no trabajamos lo suficiente con la cabra. Aunque me encantaría ser buen triatleta de media y larga distancia, con mi nivel de agua lo veo casi imposible, de ahí que nos centremos más en el trabajo con la de ruta y la de montaña.
La biomecánica la considero fundamental, tanto para poder ir rápido como para poder ir cómodo y prevenir lesiones. En todas mis bicis lo primero que hago al recibirlas es hacer el estudio biomecánico. Hoy día tenemos grandes profesionales del tema en cada rincón y facilita mucho las cosas al ciclista en este sentido.
La técnica es mi gran asignatura pendiente. Viviendo en Huelva y sin tener todo el tiempo que me gustaría tener, me toca entrenar mucho en carreteras llanas y poco complejas. Como truco, lo que hago es salir bastante con la MTB y hacer series en polígonos en los que me diseño circuitos con muchas curvas y giros.
La bici sin duda me ha aportado una gran capacidad aeróbica. Como he dicho anteriormente, no hago grandes volúmenes. Vengo del 1.500 y solo el hecho de hacer 5-6 sesiones de 2 horas de media a la semana me ha hecho mejorar mucho este aspecto".