¿Cuándo y por qué decides dar el paso a la distancia Ironman?
Todo ha venido de manera progresiva. Hace tres años, antes de empezar con Jaime Menéndez de Luarca, estaba entrenando para corta distancia, intentando clasificarme para pruebas de Copa del Mundo, etc., intentando entrar en el circuito profesional. No fue algo a lo que yo podía aspirar porque había gente con más nivel que yo. A mí me agobia mucho la natación con tanta gente, aunque yo soy buen nadador y nadador de toda la vida. Así que la corta distancia no me iba muy bien para mis características como deportista. Entonces, decidí empezar con Jaime hace tres años para ir enfocándome hacia la larga distancia. Él ha estado en Kona, ha corrido varias veces el Ironman de Lanzarote también. Mi idea era que él me fuese guiando y enseñando, sin saltarme pasos: estar dos, tres años en la media distancia y luego dar el salto a Ironman. El año pasado el objetivo era clasificarme para el Mundial Ironman 70.3 de Sudáfrica. Lo conseguí. Y correr con gente como Frodeno, Noya, Alistair Brownlee, el Mundial de más nivel de siempre, me hizo mucha ilusión. Este año es en Niza y no me hacía tanta ilusión. Me reuní con Jaime y me preguntó: ¿Qué te apetece correr? Le dije: No sé… Yo me muevo por motivaciones. No soy triatleta profesional. Soy semi-profesional. Tengo mi trabajo. No tengo ningún patrocinador que me obligue a hacer alguna prueba ni necesito hacer carreras para ganar dinero. Este año mi motivación era correr mi primer Ironman en Lanzarote porque es una isla que me encanta y por mis buenos resultados allí, tanto en el Ironman 70.3 como en el Duatlón La Santa o en el Volcano Triathlon.
¿Cómo está siendo tu adaptación a los entrenamientos que requiere esta distancia?
Con Jaime, los entrenamientos no son de demasiado volumen. Realmente, en horas, estoy entrenando las mismas que para media distancia. La única diferencia es que estoy nadando un poco menos y estoy haciendo un poquito más de bici. Sobre todo, la diferencia son los fines de semana. Sí que estoy notando que alguna salida de bici llega a las 5 horas; alguna sesión de carrera de 1h45’…
¿Te está pareciendo un ‘deporte diferente’, como lo califican algunos triatletas?
En competición, si quieres, te contesto el día 25 de mayo por la noche. Pero en lo que es el entrenamiento, de momento, no hay grandes cambios. Por ahora, sigue siendo triatlón, jejejeje…
¿Cómo te imaginas tu estreno?
Me imagino que va a ser muy duro. Conozco bastante Lanzarote. Llevo tres años acudiendo al campus de Jaime. También he ido un par de veces más por uno de mis patrocinadores, el Club La Santa. Me da alojamiento gratis para poder entrenar. No es un Ironman normal. Muchos dicen que es el Ironman más duro del mundo, por el calor y la humedad, por el desnivel positivo en el segmento de bici, por el muchísimo viento… Sé que voy a pasar momentos muy duros que tengo que ir superando. Imagino que, al ser el primero, voy a cometer errores de novatillo. Los profesionales tardan una hora más de lo normal. Me lo imagino muy duro y muy largo, pero creo que llego preparado.
¿En qué volúmenes de natación, bici y carrera a pie te estás moviendo a la semana?
Entre 15.000 y 17.000 metros de agua, entre 4 y 5 sesiones. En bici suelo hacer 4 sesiones, entre 6 y 9 horas (300-350 kilómetros). En carrera a pie, 3-4 sesiones, 4-5 horas (50-60 kilómetros). En total, entre 15 y 20 horas.
¿Cuál es el entrenamiento más duro que has hecho hasta ahora con vistas a tu debut en Lanzarote?
No sé si es porque es una distancia nueva, pero no he tenido ningún entrenamiento que haya dicho: ¡Buah, qué barbaridad! El único entrenamiento más largo al que no estaba acostumbrado fueron cinco horas de bici, combinando series en subida a ritmo de umbral con series de llano a ritmo de competición; y después de esas cinco horas, bajarme a correr 10 kilómetros en transición a 4 min/km. Luego, al día siguiente, con la fatiga del entrenamiento en transición, correr 25 kilómetros a ritmo constante. Ese fin de semana hice un buen bloque de entrenamiento específico de Ironman. Salí los dos días sin desayunar muchísimo para ir acostumbrando al estómago a los geles y al aporte calórico de los geles.
¿Cómo estás entrenando la nutrición en carrera?
Cuando corría en olímpica no le daba importancia. Me tomaba un gel en un olímpico y ya está. Cuando empecé a entrenar para Ironman, me di cuenta de que mi cuerpo se quedaba vacío a partir de la hora y media de esfuerzo. Para un Ironman me hacen falta 30 geles. Es mucha cantidad, pero de momento lo estoy asimilando bien y no he tenido problemas estomacales de ir al baño o de que me dé angustia.
¿Cómo estás trabajando la fuerza?
Otros años he tenido algún problema físico por entrenar la fuerza. Este año hemos trabajado la fuerza un poco en invierno. En enero dejé de hacerlo. Soy un deportista bastante grande. Mide 1,88. Cuando trabajo en el gimnasio, enseguida gano masa muscular. Este año el objetivo era estar un poco más fino. Sí hemos hecho alguna sesión preventiva para evitar que aparezcan lesiones.
¿En qué tiempos esperas moverte en Lanzarote?
Más o menos, en la natación, 48 minutos, un poquito por debajo de 50 minutos. La transición es bastante larga: 3 minutos. En la bici, rondar las cinco horas estaría bien, entre 4h30’ y 5h, depende del viento. Y correr, 2h50’, correr a 4’00"-4’05"/km.
¿Y en qué puesto terminarías satisfecho?
Me he imaginado de todo. Me he imaginado ganando… Pero bueno, estar entre los cinco primeros sería una pasada. La verdad es que el nivel de este año, a día de hoy, es brutal. Viene Frederik Van Lierde, Iván Raña, Gustavo Rodríguez, Andreas Raelert… Hay un nivelazo brutal. Pero la lista puede cambiar a una semana de la prueba. Puede ser más brutal. O se dan de baja tres o cuatro y ya no lo es tanto. También está Degasperi, que ganó el año pasado. Al ser mi primer Ironman, me conformo con hacer mi carrera y terminar decentemente. Sé que clasificarse para Kona es casi imposible porque tienes que ganar… Pero no hay nada imposible. Yo me veo muy en forma, pero nunca se sabe. Puedes terminar el 20º o hacer un carrerón y estar en el podio. Nunca se sabe.
Ahora que has dado el paso al Ironman, ¿tienes en mente el Mundial de Kona?
Sí. Mi objetivo a largo plazo es estar en Kona en categoría profesional. No es que sea mi obsesión, pero sí es mi gran objetivo. Me encanta el triatlón, me encanta el Ironman. Todos los años sigo el Ironman de Hawaii hasta que termina, ocho horas delante del ordenador. Y me encantaría estar en Kona como deportista. Si al final no puedo ir como deportista, iré como espectador. Un año tengo que ir, jejejeje…
¿Quién o quiénes son ahora tus referentes? ¿Quiénes son tus triatletas Ironman favoritos?
Siempre me ha gustado mucho, desde que estaba en corta distancia, por el tipo de deportista que es, por el cuerpo que tiene, parecido al mío –él mide 1,90; yo, 1,88–, Jan Frodeno. Siempre ha sido un referente para mí. Siempre me ha gustado mucho la forma de correr que tiene.
Pero también tengo como referente, como deportista español, a Eneko Llanos. Cuando era sub-23, he competido en algún Campeonato de España con él. Este año compartimos patrocinador, Hoka One One, y coincidimos tres días en una reunión con deportistas europeos en Mallorca en marzo. Compartí habitación con él. Aprendí muchísimo en sólo tres días, hablando con él, entrenando con él, comiendo con él… Él también es entrenador y fue una vivencia increíble. Ya lo tenía como referencia pero, desde ese momento, aún más.
Háblanos de los de Hoka One One que estás usando…
Ahora mismo estoy usando tres modelos: las voladoras, Tracer 2. Son las que he usado en el Challenge Salou. Son unas zapatillas súper ligeras, súper reactivas. Para todo lo que sea correr por debajo de 3’45"-3’50"/km son muy buenas.
Luego están las Mach 2. Son las que estoy pensando usar para el Ironman. No sé si usar las Mach o las Clifton. Las Clifton son las que siempre uso para entrenar, tanto si me tocan series como si me toca rodar. Es mi zapatilla favorita. Estoy enamorado de ella. Yo creo que en el Ironman de Lanzarote, al no tener un maratón excesivamente rápido –los que ganan corren en 2h50’, a una media de 4’/km–, es una zapatilla muy buena para correr a esos ritmos. Y a nivel muscular, yo nunca había hecho rodajes tan largos. Ahora estoy haciendo algunos de 1h45’. Me salen 25, 26 kilómetros. Y termino muscularmente nuevo.