Cameron Wurf, actual recordman del segmento de ciclismo del Campeonato del Mundo Ironman de Hawaii, conoce muy bien al flamante campeón del último Tour de Francia, Geraint Thomas.
Son amigos desde el año pasado. Les presentó Tim Kerrison, también exciclista australiano y entrenador del Sky, del que Wurf es miembro honorario. Desde entonces, cuando las agendas de Wurf y de Thomas cuadran, comparten entrenamientos en bici. En enero, por ejemplo, estuvieron tres semanas ‘machacándose’ juntos en Los Ángeles.
Ahora sabemos, gracias a Wurf, que a Thomas le gusta el triatlón y que no descarta probarlo cuando se retire del ciclismo. “Le gustaría pasarse al triatlón dentro de unos años, cuando acabe su carrera profesional como corredor", reconoce el triatleta australiano, remero olímpico en Atenas 2004 y exciclista profesional, en una entrevista en triathlete.com.
Wurf está intentando convencerle. De hecho, en su primer encuentro en marzo de 2017 en Mónaco, lugar de residencia de Thomas, ya le consiguió un neopreno para que flotara más cuando nadase en el mar. “Digamos que todavía tiene que aprender a nadar. Él lo resolverá. Por eso le di el neopreno, para que le ayude ahora que está empezando", explica Wurf, que sabe del enorme potencial que siempre ha tenido el ganador del Tour.
“Tiene dos oros olímpicos en pista (persecución por equipos; en 2008 y 2012). Es uno de los mejores atletas del planeta. Tienes que entrenar cuatro años para hacerlo bien un día. Él lo hizo dos veces. Está entrenado para la intensidad de la pista, para las clásicas de un día y, ahora, para las grandes vueltas. Es el ciclista más completo", comenta Wurf, que el pasado domingo acabó 3º en el Ironman de Zúrich, con el mejor parcial en el sector de bici, algo habitual desde que compite en el circuito Ironman.
“Te contaré una historia rápida sobre Geraint. Hemos estado haciendo bastantes entrenos duros de prueba de dos horas. Estábamos haciendo 90 kilómetros en menos de dos horas, así que estábamos yendo bastante duro. Estábamos haciendo de 340 a 360 vatios durante dos horas. La última vez que lo hicimos, Geraint estaba cansado. Solo quería ir a la playa y relajarse. A la mañana siguiente, era su último día en Los Ángeles. Dijo que estaba muy cansado y que no tenía ganas de entrenar, pero le convencí. Hicimos tres horas, tomó un café, y todavía estábamos a tres horas de casa. Así que terminó haciendo seis horas ese día. Solo le dije que en el Tour no puedes permitirte tener este mal día", añade Wurf, que tiene muy claro quien, aparte de Thomas, sería un buen triatleta si se decidiera algún día a dar el paso.
“Richie Porte es el indicado. Él nada conmigo todo el tiempo cuando estamos de vuelta en Tasmania. Entrenamos en bici por la mañana y luego nadamos por las tardes. Él nada tanto como yo. Le encanta la natación y corrió un 10.000 en 30:30 cuando hacía triatlón. Tiene el mejor pedigrí para el triatlón", asegura.
En cuanto a su marca en la bici de Kona (4:12:54), piensa que tiene los días contados: “Creo que veremos a alguien bajar de las cuatro horas. Ya sea este año o no, pero así será en un futuro no muy lejano. No creo que veamos muchos avances en la natación o en la carrera a pie. Mark Allen, Dave Scott, Macca, Crowie… fueron lo mejor de lo mejor dentro de lo que es capaz el ser humano. La bicicleta es donde los avances aún pueden llegar. No es porque seamos mejores atletas; es debido a los avances en la tecnología".
