Deja de auto-limitarte y no digas frases como: “Es que soy diesel”

No olvides que un triatleta no tiene que entrenar únicamente su cuerpo sino también su mente. Tener confianza en uno mismo ayudará a que consigamos nuestros objetivos.

Andreu Alfonso

Deja de auto-limitarte y no digas más frases como: “Es que yo soy diesel”
Deja de auto-limitarte y no digas más frases como: “Es que yo soy diesel”

El triatlón es un deporte de los denominados “de largo aliento”. Tenemos competiciones que duran desde poco más de una hora hasta cerca de 11-12 para un triatleta medio. En cualquier caso, para competir en cualquier distancia, el triatlón exige un largo período de adaptación. Hay un primer período en el que todo es fantástico, en el que nos cuesta poco entrenar, la motivación está alta y en cada competición percibimos la mejora.

Luego las mejoras se ralentizan o se estancan, haciéndose esto más evidente incluso en competición que en los entrenamientos, períodos que suelen venir acompañados de dudas y pérdidas de confianza. Estas dudas suelen afectar a diferentes ámbitos de nuestro  entrenamiento, dependiendo de nuestra personalidad. Algunos dudando de sí mismos (“pues no se me da tan bien como pensaba”, “no valgo para esto”, “he llegado a mi límite”, etc.), y otros comienzan a dudar de la idoneidad de su entrenamiento (“no estoy entrenando lo que debo”; “tengo que buscar otros compañeros de entrenamiento de más nivel”; “tengo que cambiar de entrenador”, etc).

En resumen, hay dos tipos de triatletas: los que sitúan el problema dentro de ellos y los que lo localizan fuera de ellos, en el entorno, aunque en realidad casi siempre son la manifestación del mismo problema: falta de confianza en uno mismo. No hace falta ser un psicólogo deportivo experto ni un coach deportivo de alto nivel para darse cuenta de que esta baja autoconfianza puede ser el problema de los que siempre se echan la culpa a ellos mismos.

Sin embargo, sí hace falta tener más experiencia en este campo para darse cuenta que también es la falta de autoconfianza el principal problema de aquellos triatletas que proyectan en el entorno los problemas de su rendimiento. Suelen ser triatletas con una gran capacidad para racionalizar todos sus argumentos, son personas con un gran ego y una aparente gran confianza en sí mismos, lo que muchas veces, desde fuera, nos llevará a pensar que lo que les pierde es su exceso de confianza y no su falta de la misma, cuando en realidad es así.

Autoconfianza

Para confiar, quiérete, mejora tu autoestima y, por consiguiente, tu autoconfianza mejorará. La autoestima es la disposición a considerarse competente para enfrentarse a los desafíos básicos de la vida y ser merecedor de felicidad.

Estamos en el mundo del triatlón para que éste nos aporte bienestar y felicidad, para que nos ayude a darnos cuenta de que somos capaces de conseguir grandes retos. El único sufrimiento que deberíamos padecer es el propio de la exigencia física, ese sufrimiento que acaba proporcionándote satisfacción e incluso placer (las famosas endorfinas) pero no para sufrir mentalmente en cada carrera o en cada entreno con los compañeros. La confianza en uno mismo viene normalmente generada por el balance de éxitos y fracasos anteriores y también por los mensajes negativos de las personas que nos rodean.

Cuando hagas balance de tus puntos débiles y de tus puntos fuertes, comprueba que los primeros sean reales y no sean consecuencia sólo de haberlos oído tantas veces hasta que al final… has acabado creyéndotelos. Los entrenadores que tuvimos en nuestras primeras épocas de deportistas provocan un efecto increíble en la construcción de nuestra “personalidad deportiva”, tanto el que te reforzó positivamente como, especialmente, el que lo hizo negativamente.

Conclusión:

  • Deja de repetir como si fueran mantras frases tales como “es que yo soy diesel”; “es que si me exprimo en bici no corro bien”; “esos circuitos a mí no me van”; “no me merece la pena dedicarle más tiempo a la natación, total, para ganar 3´en un Ironman….”, deja de autolimitarte.
  • Aunque alguna de estas afirmaciones pudiera contener una pequeña parte de verdad, son falsas en su mayor parte y son un lastre con el que cargas cada día. Libérate de esa mochila de creencias que te impiden desarrollarte como triatleta y disfrutar del triatlón.
  • Comienza por proponerte que no las vas a volver a pronunciar nunca más en voz alta y como meta final, proponte no volver a pensarlas.

¿Te conoces?

El proceso que nos conduce a alcanzar y mantener un nivel ajustado de confianza en nosotros mismo y que nos permitirá materializar en competición todo lo entrenado, comienza por conocerse uno a sí mismo: el autoconocimiento, la información que como deportistas  tenemos sobre nosotros mismos: los datos relativos a la forma de desenvolvernos en la competición y en el entrenamiento.

Para conocernos de verdad, necesitamos partir de una realidad que sea verdadera, consistente y consciente. Y esto ¿qué significa?: 

  • Realidad verdadera: no te inventes historias, no te sobrevalores, no te estás vendiendo a nadie, no te engañes; pero sobre todo, no te infravalores.
  • Realidad consistente: fíjate en las cosas que se repiten de forma habitual. Tendemos a fijarnos en hechos negativos aislados y a elevarlos a la categoría de hechos consistentes (aprovechando el refranero español, no te llames a ti mismo “mataperros” por un perro que mataste). Un ejemplo: porque hayas corrido mal con calor dos veces esta temporada, no te puedes decir a ti mismo que no vales para competir en esas condiciones y empezar a dudar de tus capacidades en los triatlones en los que vaya a hacer mucho calor.
  • Realidad consciente: es tu realidad, aquí y ahora, no divagues, toma consciencia de quién eres y de cómo te comportas cada día fuera del entrenamiento, cómo te comportas en el entrenamiento y cómo te comportas frente a la competición.

Aquí la cuestión clave es la interpretación afectiva de cómo nos vemos: me gusto y por tanto me quiero a mí mismo, no me gusto y por lo tanto no me quiero a mí mismo. Cambia este patrón de pensamiento: tienes que quererte a ti mismo, te gustes o no te gustes. Resulta paradójico pero es así: cuanto más te quieras, más te gustarás, nunca ocurre al contrario. Si no te gustas como triatleta, ponte a trabajar con metas y objetivos realistas.