Teoría o Conocimiento

La mente muchas veces no distingue entre la realidad y la ficción, entre algo falso y algo verdadero, pero que, cuando la mente cree algo firmemente, el efecto es el mismo en el cuerpo, tanto si el hecho es cierto como si no.

Diego Paredes

Teoría o Conocimiento
Teoría o Conocimiento

Uno de los libros que tengo de cabecera es: “Donde tus sueños te lleven” de Javier Iriondo, me gusta las reflexiones que hace el escritor, una de ellas muy relacionada con una idea que siempre he tenido clara, ¿teoría o conocimiento? Dentro del capítulo: “El viaje a Katmandú” cuenta una anécdota. Habla sobre sí mismo, sobre el “protagonista” del libro, Joshua (resumo):

La lección o anécdota trata de que él nació en un pueblo famoso por el ski, pero que su familia se trasladó y hasta los 16 años no pudo esquiar. Habla sobre la primera vez que lo hace, que había leído un libro extenso, donde explicaba muy bien el “arte” de esquiar. Muy seguro de que impresionaría a todos con la depurada técnica que había adquirido leyendo ese gran libro, una vez que se puso las botas, sintió algo muy distinto, algo que no podía experimentar leyendo el libro. En su primer descenso le quedó claro que no tenía ni idea de esquiar, echándole en un primer momento la culpa al escritor del libro, perdiendo la cuenta de las veces que se cayó. Hasta que comprendió que la teoría sólo se convierte en conocimiento mediante la práctica. "No aprendes a nadar leyendo un libro sobre natación, sino metiéndote en el agua… hablar del camino y pensar en él, no es lo mismo que recorrerlo… ¿acaso te conviertes en escritor por hablar de un libro?”

Por eso, el objetivo en la vida no es tan sólo el conocimiento, sino la acción, con eso no quiere decir que no haya que aprender, el conocimiento es fundamental, es la base para la comprensión y el crecimiento, pero más importante que lo que aprendes es lo que haces con lo que sabes. Son tus acciones las que marcan la diferencia, no tus intenciones. Los pequeños actos que se ejecutan son mejores que todos aquellos grandes que se planean, ya que las palabras y las intenciones sirven de poco cuando lo que se necesitan son hechos, la acción es lo único que puede llevarnos desde donde estamos hasta donde queremos ir. “La verdadera sabiduría no consiste en la acumulación de datos y conceptos, sino en la capacidad de utilizar todo ese conocimiento para adquirir la fortaleza mental, la salud emocional necesaria para pasar a la acción, manteniéndonos firmes ante las tempestades que atravesamos en nuestro viaje. Si realmente quieres transformar tu vida, tienes que convertirte en el dueño de tus emociones

Desde aquí le doy las gracias a Javier Iriondo por escribir estos libros (también tengo la continuación: Un lugar llamado destino).

El triatleta francés, Laurent Vidal 5º en los JJOO de Londres, tristemente fallecido, contestaba lo siguiente en una entrevista en Pontoon Tri.

P: Dices que “entrenar y competir es un arte”. ¿Qué filosofía se esconde detrás de esta afirmación?

R: Yo creo que, de partida, somos casi todos muy parecidos a nivel fisiológico. Por eso el entrenamiento y la competición son un arte, porque tienen que hacerse con la intuición. En el deporte de alto nivel hay que sentir lo que se hace, hay que tener una sensibilidad especial. Desgraciadamente, hoy en día, con toda la tecnología que tenemos a nuestra disposición, intentamos poner siempre números a cosas que al final son difícilmente tangibles.

“Hay que comprenderse a uno mismo, al cuerpo, cuidarse… ir más allá, eso es lo que determina la excelencia”

Cuando uno se siente fuerte, es imposible explicarlo con cifras, es algo que va más allá. Es decir, no hay nada racional en llegar a la salida de unos Juegos y creer que vas a ganar y que estás en la mejor forma de tu vida. Eso se consigue con el “feeling”, con el aprendizaje… Es como cuando un artista  pinta un cuadro y sabe que ese cuadro va a transmitir algo aunque no sabría explicar por qué. Hay emociones, sentimientos y actitudes que están ahí en el alto nivel. Hay que comprenderse a uno mismo, al cuerpo, cuidarse… ir más allá, eso es lo que determina la excelencia. 

P: En ese arte, ¿por qué es importante priorizar el proceso al resultado?

R: Siempre se nos juzga por el resultado, pero la realidad es que el resultado y el rendimiento no vienen del azar, sino que son la consecuencia lógica de lo que hacemos en el día a día.  Si uno se concentra en el resultado, no deja espacio en el día a día al desarrollo del proceso que lleva al resultado.

Cuando se hacen las cosas bien, el resultado llega siempre, aunque para una persona llevará más tiempo que para otra, o tendrá que cambiar más o menos cosas durante el proceso. Como dicen en inglés, hay que permitirse el “todavía no”. Hay que darse tiempo para rendir al máximo y, en ese camino, entender que hay que ser feliz en el día a día para llegar a los resultados.”


 

En primer lugar me gustaría dar las gracias a las personas que ponen pasión en lo que hacen, que intentan ayudar, sumar, consensuar, enseñar, dar ejemplo con su acción.

He tenido grandes profesores, que daban clases magistrales, que les gustaba lo que enseñaban y otros nefastos, que tan sólo leían un temario. En lo deportivo, ya sea porque cuando comencé en esto del triatlón, todavía “estábamos en pañales” y no existían apenas clubes, entrenadores, escuelas, no he tenido una gran figura que me enseñara lo que hoy en día muchos chavales o triatletas disfrutan a diario. Me vienen a la cabeza personas apasionadas con enseñar y formar como aquí en Extremadura, Darío Albano, en la escuela Ítaca-Aventura; Iván Muñoz con su grupo Mallorca Training; la filosofía y pasión de Pablo Cabeza; Manolo, Jaime o Dani en el C.T.O.A “Blue Power”; los Diablillos de Rivas con Dani Puerta; el staff de Personal Running; el fast triatlón de Albert Parreño; el gran Iván Tejero; me han hablado maravillas de Antonio Oca, y otras muchas escuelas y grandes clubes del territorio nacional. Casualmente todas estas personas de las que hablo, reúnen formación y experiencia (propia), o lo que es lo mismo, un gran conocimiento de aquello que enseñan. Lo han vivido desde dentro, día a día, desde niños (o no tan niños), sufriendo en sus propias carnes el entrenamiento, la derrota, la victoria, las inclemencias del tiempo, el sacrifico que requiere…

Cuando alguien me pregunta algo relacionado con el entrenamiento, y os aseguro que es casi a diario, siempre digo que depende. Para mí lo más importante es la empatía y escuchar. Adaptar (en la medida de lo posible) aquello que vamos a diseñar para la persona en cuestión, ya sea un programa para correr un IM o un plan para perder peso. Por eso y como dice el gran Laurent Vidal, tiene que hacerse con la intuición. Esa virtud que posee el ser humano. En el verano de 2014, preparando Kona, leí un gran libro, la biografía de Steve Jobs, fuente inspiradora en cualquier terreno: “El pensamiento racional occidental no es una característica innata del ser humano; es un elemento aprendido y el gran logro de nuestra civilización. En las aldeas indias nunca han aprendido esta técnica. Les enseñaron otras cosas, que en algunos sentidos son igual de valiosas, pero no en otros. Ese es el poder de la intuición y de la sabiduría basada en la experiencia.” “Hoy en día está demostrado que el 80% del éxito depende de nuestra emociones, de nuestra fortaleza mental, y el 20% del cómo, la mecánica o los conocimientos. Por lo tanto, el enfoque principal tiene que estar en ese 80% que es la parte mental.”

A pocos días para que algo más de dos mil participantes estén en la línea de salida de una de las pruebas más especiales, duras, mágicas… y que sacan lo más profundo de uno mismo, el Ironman de Lanzarote. Yo tuve la suerte de correrlo hace tres años.

El camino no fue fácil, tuve dudas, días en los que mi cuerpo se aferraba a la cama, en los que costaba enfrentarse al puzzle del entrenamiento-trabajo. Pero mi mente luchó contra las adversidades y poco a poco fui visualizando mi objetivo, cada noche me imaginaba allí, tenía una gran ilusión, un por qué, que era más fuerte que cualquier cómo. “Generalmente todo progreso viene precedido por un gran problema (os aseguro que mi vida cambió y que me enfrenté a un gran contratiempo a nivel personal meses antes de Lanzarote), al igual que el maravilloso milagro del amanecer viene precedido de la profunda oscuridad de la noche”

Buscar ese por qué para superar los cómo, entrenar duro, sí, pero sobre todo cultivar la mente, eso que no podemos medir (pero tan poderosa es) con medidores de potencia, gps o material de última generación.

“Tenemos que aprender a aceptar las infinitas posibilidades que nos rodean, a mantener la mente abierta, a no aceptar las limitaciones, a simplemente observar en vez de juzgar, a reflexionar en vez de reaccionar. La mente muchas veces no distingue entre la realidad y la ficción, entre algo falso y algo verdadero, pero que, cuando la mente cree algo firmemente, el efecto es el mismo en el cuerpo, tanto si el hecho es cierto o no. El llamado efecto placebo, del cual, quizás, hable otro día. Un solo pensamiento puede alterar en un segundo nuestra fisiología.”

P.D. Sueñen despiertos… o estamos despiertos mientras soñamos… ahí lo dejo, como la famosa frase de la gran película: Wake up, Neo… The Matrix has you.