La transición más difícil

Somos triatletas y otra cosa no, pero de luchar y no rendirnos sabemos un rato.

Fran Chico

La transición más difícil.
La transición más difícil.

Creo que todos en algún momento hemos pensado que estamos viviendo una pesadilla y que al despertar nos daríamos cuenta que, aunque muy real, lo del coronavirus era un mal sueño. Pero no, este virus lo que ha hecho es acabar con la vida de miles de personas en nuestro país y con los sueños de millones de ellas.

En estas semanas ha quedado demostrado que tenemos verdaderos 'IRONMAN' en la vida real: el personal sanitario, servicios de seguridad, trabajadores de las tiendas de alimentación, transportistas, gente de la limpieza y otros muchos que son los que nos están permitiendo a los demás que permanezcamos en casa y conseguir la 'medalla' de finisher del coronavirus.

Vaya desde aquí mi agradecimiento a todos ellos y, por supuesto, mi pésame a aquellos que habéis perdido un familiar en estas dramáticas circunstancias, y la mayoría no habéis podido pasar el duelo juntos ni acudir al entierro.

Pero ahora viene la transición más difícil: salir de casa para realmente entrar en una vida diferente. Y además, con una incertidumbre por nuestro futuro como no hemos vivido en las últimas generaciones. Podremos hacer deporte (¡y valorar más que nunca el mero hecho de correr por tu barrio o pedalear, y que la bici avance después de tantos kilómetros de rodillo!), pero va a tardar en llegar el momento de ponernos de nuevo el tritraje y el porta-dorsal para ir al pantalán a empezar un triatlón.

Podremos correr, ir en bici y nadar (con todo lo que eso supone después de dos meses de ejercicios de core, rodillo, yoga o gomas), pero vamos a ver si es posible recuperar algún triatlón esta temporada. Sin duda, es un momento muy complicado para los organizadores, a los que siempre criticamos, pero que sin ellos nos tendríamos que dedicar a otra cosa. Ahora lo están pasando muy mal y puede que muchas pruebas no superen el impacto del coronavirus y desaparezcan para siempre.

Parecida situación para nuestras tiendas de confianza, ese mecánico que te deja la bici como nueva y que ahora lleva meses con las persianas cerradas, los vendedores, etc., y que pueden ir al paro cuando tanto nos han ayudado a disfrutar de nuestra pasión. Por favor, cuando llegué el momento, acordaos de ellos. Y aunque ninguno vamos a estar para fiestas, que no falte al menos ir a la tienda a ver cómo están y de paso comprar aunque sean unas barritas.

Por el camino quedó aplazado el sueño de ver a nuestra 'TRI-Armada', a los Mario, Javi y Fernando, luchar por el oro olímpico en Tokio este verano, pero eso al menos tiene remedio. Ese sueño sí puede esperar, y será en 2021 cuando lo cumpliremos.

La cosa se ha puesto difícil. En el agua hay oleaje, en la bici da el viento de cara y en la carrera a pie hay 35 grados y ni una sombra en todo el recorrido, pero somos triatletas y otra cosa no, pero de luchar y no rendirnos sabemos un rato.

¡Vamos!