Un momento de reflexión

Medio año y dos triatlones después de haberme propuesto volver a hacer deporte regularmente y pensar que combinar tres disciplinas podía ser mejor que sólo una es hora de hacer balance. No me arrepiento ¡Para nada! Voy a seguir. Y espero cada día poder aprender un poco más de este apasionante deporte.

Óscar Díaz

Un momento de reflexión
Un momento de reflexión

 

Me siento frente al ordenador con el cuerpo aún machacado por el triatlón olímpico de Madrid de las Santander Triathlon Series. Me duele todo, y tengo una imponente sensación de fatiga. En la musculatura de la espalda, que me afecta hasta al levantar los brazos, al levantarme de la silla, al caminar y prácticamente al respirar. Me caigo de sueño por los rincones, pero me siento infinitamente mejor que hace quince días, cuando después del Triatlon de Aranjuez la rigidez de los biceps femorales me dejó tres días sin poder prácticamente caminar, al menos con un gesto medianamente digno.

Sí. En dos semanas he completado, corrido,  o como quiera que se diga, —a mí me gusta decir participado— en más triatlones que en el resto de mi vida…y sé que ahora casi tengo más cosas que aprender que cuando decidí enrolarme en la legión de quienes pensamos que un solo deporte no es suficiente. Debo aprender y llevar a la práctica cuestiones sobre material, sobre alimentación, sobre entrenamiento… Pero también sobre táctica de carrera, porque soy, y creo que lo seré durante mucho tiempo, un novato que si bien sólo quiere terminar las carreras a las que va, quiere hacerlo con buenas sensaciones. Aunque a pesar de un propósito tan desinteresado, sé que quiero un poco más,  ver si soy capaz de seguir esos pies en la natación, de acoplarme y ser uno con la bici, adelantar a ese corredor que va unos pocos pasos más adelante… y sé a fuerza de ser sincero que me gustaría verme uno o varios folios más cerca de la cabeza en la clasificación general.

Estas dos pruebas han venido después de varios meses de entrenamiento; de lo que podríamos denominar deporte/salud. Una sucesión de sesiones para nada sistematizada, de esas en que un día nadas, otro corres, alguno haces rodillo y los domingos de buen tiempo ruedas en carretera sin orden, concierto  o un entrenamiento pautado.

En total, pocas han sido las semanas de cinco buenos entrenamientos y han abundado más las de tres sesiones o menos. Poco bagaje sin duda para plantearte ninguna prueba  con garantías…pero un entrenamiento que me ha servido para perder más de 7 kilos, con la consiguiente mejora en salud que eso conlleva.

El caso es que he completado dos olímpicos (Aranjuez 2h56min y Santander Triathlon Series Madrid 2h54min) y el Triatlon ya me ha enseñado algunas cosas que quiero compartir contigo. La primera, que Triatlon es más que un IM o un Media Distancia. Porque embarcarte en cualquier tri, desde un Olímpico a un Supersprint ya tiene su mérito y no hay que menospreciar la distancia pensando que eso se hace de cualquier manera (porque recuerda que la dureza proviene del ritmo) La segunda, que una mala hidratación el día de la carrera te puede arruinar la prueba con un monumental pajarón o una contractura. La tercera, que es sin test previos es muy difícil calcular cuál es tu ritmo bueno de competición…porque estamos hablando de tres disciplinas distintas con tres exigencias físicas bien diferentes que puede superar las 3 horas de duración. La cuarta, que no vale con un entrenamiento de volumen a ritmo constante y hay que acostumbrar al cuerpo a trabajar fuera de la zona de confort para tener buenas sensaciones el Día T. La quinta…hay tantas cosas que aprender que se corre el riesgo de olvidarse de lo realmente importante. Y eso no es otra cosa que disfrutar con el entrenamiento, con el día a día y no obsesionarse con la competición. Ése es el día de disfrutar con amigos y familiares y compartiendo la ilusión con ellos.

Personalmente, he descubierto muchas cosas e intuyo algunas de las muchas que me faltan. He visto lo complicado que es nadar sin neopreno rodeado de otros competidores en aguas como las del Tajo y el Lago de la Casa de Campo. Cómo por pecar de conservador puedes salir del agua muy retrasado y luego puedes gastar de más en la bici, arruinando las posibilidades en la carrera a pie. Cómo si no has entrenado lo suficiente o te has hidratado mal, tu cuerpo puede no asimilar la T2 e impedirte correr. He visto tantas cosas entre fugaces flashes en mi cabeza que podría llegar a aburrirte enumerándolas tratando de desatar tu curiosidad. Por eso espero poder analizarlas y dosificarlas para compartirlas contigo a lo largo de próximas entradas de este blog.

El caso es que después de este medio año transcurrido ya sé que puedes plantearte hacer un triatlón sin un entrenamiento disciplinado, de esos de “lo que puedas cuando puedas”, pero que entonces no será tan fácil disfrutar del Día T. Por eso ya tengo claro el próximo objetivo. Me propongo públicamente hacer un triatlón de distancia olímpica, el que cierra las Santander Triathlon Series , en Getxo el 16 de octubre siguiendo fielmente un plan de entrenamiento para descubrir cómo es la sensación de llegar al día de la prueba con todo el trabajo hecho, con un plan de carrera claro y saber de una vez a qué altura de la clasificación final puedo estar. Pero, sobre todo, espero estar bien arriba en la lista de los que han compartido el pre, el durante y el post triatlón con amigos y familiares aprendiendo a querer un poco más esta magnífica actividad.