Alma de globero

Disfruto con el hecho de ponerme un dorsal y sólo terminar la prueba sabiendo que he dado lo que tengo en mi interior

Óscar Diaz

Alma de globero
Alma de globero

 

Nunca voy a subir a ningún pódium. Tampoco correré por debajo de 4’30 el kilómetro, ni me notaré del todo integrado y fluido en el agua. Y sólo excepcionalmente he notado cómo la aerodinámica empieza a ser importante en la bici rodando a partir de 35 km/h en llano…  Soy un globero.  Alguien que disfruta tanto del deporte como de compartir unas cañas después con los compañeros de grupeta.

Estoy orgulloso y hasta presumo de ello. Disfruto con el hecho de ponerme un dorsal y sólo terminar la prueba sabiendo que he dado lo que tengo en mi interior. Pero también disfruto de salir a macharcarme … o simplemente salir a sentirme vivo notando el sudor corriendo por mi cuerpo.  Hasta ahora lo hacía sin método, seguimiento, orden ni concierto— ya sea con las zapatillas, con la bici o en la piscina, a la que llegué como medio para recuperarme de un grave accidente sufrido mientras montaba en bici en 2012.

Esas horas de agua me permitieron mejorar la natación, algo... y sirvieron para quitarme los miedos y algunas excusas que me ponía a mí mismo para no hacer un triatlón. El siguiente paso sólo podía ser descubrir lo que sería eso de hacer tres deportes «de una sentada»…y lo hice. Con la única motivación de llegar a la meta —a poder ser sin tener que pararme—, con la misma que en su día debuté en la San Silvestre Vallecana, en la cicloturista Bilbao-Bilbao o con la que experimenté lo que se siente en los 195 últimos metros de un maratón.

Mi única experiencia en el Tri ha sido, hasta el momento, en Barcelona, en distancia olímpica. Me presenté en la salida después de dos meses de insuficiente entrenamiento, de esos que haces el día que puedes, con un máximo de cuatro a la semana y habiendo llegado a los 10 kilómetros corriendo sin pararme apenas diez antes de la prueba. El objetivo era modesto pero fue cumplido con creces. No sólo pude terminar, aunque teniendo que parar a estirar los calambres en las piernas durante la carrera a pie, sino que en mi primer paso por meta pude ver el sprint entre los dos monstruos que son Javi Gómez Noya y Mario Mola, y el tiempo final rebajaba mi previsión más optimista en 10 minutos.  Poco importa cuál fue, pero reconozco que esprinté para evitar que las 2h49 que marcaba el reloj  cuando encaré la recta de meta no se convirtieran en 2h50 al cruzarla. ¿Te suena esta reacción?

Cuando todavía estaba compartiendo  la repetición de las mejores jugadas con los amigos y unas cervezas, tuve un flash. Me dije  que sería interesante preparar una prueba al máximo de mi nivel. Y eso es lo que voy a hacer con vuestra ayuda, los lectores de este blog . Me comprometo desde hoy a entrenar «de verdad», compaginándolo con familia y aficiones. El objetivo es Aranjuez (Madrid). Aún no sé si el día 5 de junio, en distancia olímpica  o el 4 en la media distancia, pero allí estaré.

Hasta entonces, quiero experimentar y compartir contigo cómo evoluciona el cuerpo, por dentro y por fuera, al entrenar con método; exponer cuantas reflexiones de novato me surjan  y quizá alguna, sólo alguna —que si no me lo querría comprar todo— opinión de globero sobre ese material Top Quality que vemos mes tras mes en la revista. Espero que te sea interesante. ¡Deséame suerte! Estas historias de principiante también son las tuyas.

Podéis contactar con Óscar escribiendo a: odiaz@mpib.es