"Estamos acostumbrados al no drafting, ¿por qué nos quejamos de no poder ir en grupo?"

"Tenemos que mantener la separación física. Humildemente pienso que es la clave más sencilla para ganarle la carrera al maldito Covid-19".

Óscar Díaz Fernández

"Estamos acostumbrados al no drafting, ¿por qué nos quejamos de no poder ir en grupo?"
"Estamos acostumbrados al no drafting, ¿por qué nos quejamos de no poder ir en grupo?"

Ahora sí estamos todos en carrera. En alguna de las fases hacia una realidad que hace apenas unos meses jamás hubiéramos pensado tener. Desde el 2 de mayo, podemos volver a salir a la calle a hacer deporte. Podemos entrenar después de dos meses de ejercitarnos como podíamos en casa: rodillo, cinta, piscina algunos privilegiados, tablas de gimnasia… todo ha valido para luchar contra la inacción del confinamiento, pero el outdoor es siempre único.

Ahora mismo me siento privilegiado como deportista y como triatleta federado. Tenemos dos franjas horarias y hasta siete horas a elección para hacer lo que más nos gusta. E incluso nos dejan salir de nuestro municipio a lomos de nuestras monturas. ¿Que nos gustaría echar la bici al coche e ir a nuestro puerto favorito? Seguro. Pero, ¿por qué no valorar lo que tenemos y dejar de pensar en unas condiciones ideales, las que teníamos, y que a lo peor nunca vuelven a ser las mismas?

Evitarlo es cuestión de todos. Deportistas y sedentarios. Pequeños y mayores, élite o populares... todos hemos estado, estamos (¡Y ESTAREMOS!) expuestos 'al bicho'. Y si olvidamos esto último, podemos perder lo que hemos conseguido y por nuestra inconsciencia vayamos a asistir a un repunte en los contagios de dramáticas consecuencias que nos devuelva al encierro total. De acuerdo que respirar corriendo con mascarilla es más que difícil, pero paseando sí se puede –y actualmente es obligatorio, no olvidemos-. También está permitido no usarla en bici. Pero eso no nos exime de hacer las cosas bien.

Tenemos que mantener la separación física. Humildemente pienso que es la clave más sencilla para ganarle la carrera al maldito Covid-19. No debiera ser tan difícil mantener esos dos metros a pesar de las ganas que tenemos de estrujar de un abrazo a amigos y compañeros de entreno. Estamos acostumbrados al no drafting en los triatlones, así que ¿por qué quejarnos de no poder montar en bici en grupo e ir a rueda? Quizá nos enriquezca buscar algo positivo en las decisiones tomadas por cada o situaciones sobrevenidas. Creo que salir en bici manteniendo la distancia sí nos puede hacer mejores, más duros, más analíticos sobre ritmos y sensaciones para ver cómo y cuándo adelantar a ese tío que va más despacio que nosotros. A saber gestionar el esfuerzo de estar expuestos al viento, al plus de fatiga que supone ir solo en carretera. Por supuesto que puede ser difícil para los grupos organizados, que mantendrán una hilera muy larga. Pero personalmente creo que no es tan malo salir solo o muy poco acompañado y luego comentar el entrenamiento con los compañeros vía redes sociales.

Corriendo pasa algo parecido. Los entornos son los que son y la comodidad nos lleva a salir buscando un alineamiento planetario del tipo “he dormido bien, no hace ni frío ni calor y me apetece”. Es más cómodo salir a correr a las 9 que a las 7, pero desde aquí te invito a que pruebes esa sensación de introspección de correr en soledad cuando el sol está aún saliendo y el frescor del rocío te aleja de los más de 30 grados que pronto serán tónica habitual a las ocho de la tarde. Estarás tú, tus pulmones, tu corazón, tus piernas… y tus sueños.

Mantener la separación no parece muy difícil, ¿no? Si alguien viene de frente yo me echo a un lado y él o ella, hacia el otro. Si vamos acompañados, podemos pegarnos a un lado, o ponernos en ese momento en fila de a uno. Si alcanzamos a alguien, ¿por qué no adelantarlo siguiendo aquel protocolo que nos enseñaban en la auto escuela? Mira, señala, rebasa con la suficiente distancia lateral y vuelve al carril derecho. ¿Qué tal un fartlek en ese momento para que no se coma nuestro rebufo?

Quiero pensar que es posible, que podemos hacerlo bien, que podemos progresar en la mejora de la situación y en nuestro progreso como personas, como deportistas... Quiero pensarlo a pesar de que nos quejamos como niños pequeños de estar sujetos a restricciones, o de que parecemos empeñados en demostrar que no hemos aprendido nada, que somos incapaces de cambiar nuestro ritmo de carrera para facilitar que nos adelanten antes de llegarnos a aquella persona que viene de frente; que si voy caminando con mi pareja puedo ocupar toda la acera despreocupadamente, que para qué voy a ir con la mascarilla con el calor que da cuando no esté entrenando.

Espero equivocarme y que aprendamos a respetarnos, empezando por nosotros mismos. De lo contrario…vamos mal.