Al final, acabas corriendo

Da igual que la natación sea tu punto fuerte o tus piernas den miedo en la bici. La última parte del triatlón es la carrera a pie… ¡y sabes lo importante que es!

Óscar Díaz Fernández

La última parte del triatlón es la carrera a pie… ¡y sabes lo importante que es!
La última parte del triatlón es la carrera a pie… ¡y sabes lo importante que es!

Lo sabes... Los triatlones acaban sólo tras la carrera a pie y vas a querer acabar corriendo, no andando o parándote a estirar la musculatura contracturada mientras observas impotente cómo te adelantan corredores con un ritmo más bajo que el que sabes que puedes mantener. Seguro que deseas acabar con buenas sensaciones. Esas de armonía en la zancada, de buen ritmo respiratorio, complaciéndote viendo cómo pasan los kilómetros y te acercas a la tan ansiada meta. Pero, no es fácil. El cansancio y el agotamiento muscular no te lo ponen fácil. Ni a ti ni a Gómez Noya. Así que déjame que te rompa los sueños o te ayude en tu próxima carrera. De ti depende. Porque sólo vas a tener esas buenas sensaciones si eres capaz de hacer una buena carrera a pie y no simplemente intentas sobrevivir deportivamente, cuando tu cuerpo te grita que bajes el ritmo y amenaza con acalambrarse o algo peor aún y tienes que ponerte a andar. ¿Te suena la sensación?

El triatlón es un deporte individual y todos hemos oído hablar de la soledad del corredor de fondo. Bueno, son tres deportes y muy diferentes, pero el último implica correr a pie y aquí no hay manera de beneficiarte del grupo. Estás solo. No hay posibilidad de encontrar un grupo y nadar a sus pies, ni una rueda que te corte el aire. Aquí la protección contra el viento no va a ser tan importante. No importa cuánto bien te hayas visto hasta la T2, que hayas hecho un parcial en bici espectacular o que hayas salido del agua como nunca. Bueno. Sí importa porque ese subidón que te va a dar haberlo dado todo y rápido no te lo puede quitar nadie. Pero, inexorablemente, al final te vas a quedar sólo escuchando el sonido de tu respiración, el de tus zapatillas contra el suelo, notando el balanceo de tus brazos y, si tienes suerte o amigos, el aliento del público. Porque en la carrera a pie vas a quedarte tú solo, luchando contra el cansancio o soñando con progresar adelantando corredores.

Para eso. Lo sabes. Más te vale haber entrenado ¡y bien! Especialmente si eres de los que no tiene demasiado tiempo para cumplir un programa, recuerda que la carrera a pie es el único segmento que puedes trabajar saliendo desde tu casa, sin desplazamientos previos, y que su proporción entre tiempo invertido y rendimiento es de los más altos que puedes encontrar. Recuerda que todo ejercicio que hagas, que cada movimiento de tu cuerpo sumará en tu carga de entrenamiento. No sólo mejorarás tu condición sino que tus piernas mejorarán su capacidad. No te digo que desatiendas los otros dos sectores, pero si ya tienes un nivel de natación que te permita salir del agua en tu tiempo objetivo, deberás trabajar tanto para bajar un par de minutos que puede no compensarte. Siendo un atleta popular, el tiempo en carrera lo ganarás en la bici, pero podrás perderlo en la carrera a pie y perder esas sensaciones de orgullo cuando corres como sabes a poco que te tengas que parar y caminar en caso de cualquier problema físico. Y si eres un gran corredor, podrás sentir la euforia de competir “recogiendo cadáveres” y ganando posiciones en la clasificación.

Así que si tienes poco tiempo, ten siempre preparadas las zapatillas: cómo acabes la carrera en la clasificación y en cuanto a sensaciones va a depender de cuánto las uses y todos los kilómetros puedas ir acumulando te ayudarán en la última parte de la carrera. Es obvio. Tanto como que en el triatlón de nada sirve haber hecho una natación espectacular o haber hecho el mejor tiempo en bici. Al final, acabas corriendo y es ahí donde va a marcarse la mayor diferencia entre sufrir o disfrutar.