Adiós a los entrenamientos en ayunas

"Yo creo que muchos nos obsesionamos consciente o inconscientemente del tema de “afinar” o “adelgazar” más por entrenar con baja disponibilidad de hidratos de carbono".

Emilio Moreno López (@tri4dream)

Adiós a los entrenamientos en ayunas.
Adiós a los entrenamientos en ayunas.

Estamos a 8 semanas de volver a competir en distancia Ironman y vamos haciendo pequeños ajustes. Llegan las semanas de más carga, más exigentes y he decido hacer una pequeña variación en mis entrenamientos. Se acabó el salir en ayunas. Llevo varias semanas así y estoy notando que mi rendimiento está subiendo.

Yo soy un gran defensor de los entrenamientos en ayunas para preparar larga distancia. Creo que es una muy buena fórmula de convertir al cuerpo más flexible metabólicamente, es decir, que se acostumbre a utilizar el deposito de glucógeno y también el de las grasas. En carreras como un Ironman a pesar de que vayas comiendo durante la carrera, es normal que el deposito del diesel acabe yendo al límite. Si has entrenado así, tu cuerpo estará habituado a utilizar las grasas como fuente de energía y podrás evitar las temidas pájaras.

No me voy a meter mucho más en aspectos técnicos porque no soy nutricionista y quiero dejar claro que hablo desde mi experiencia en estos 5 años que llevo preparando larga distancia. Yo he sido de los que he hecho tiradas de 30km corriendo o 3h de bici en ayunas. Pero había algo que fallaba. Seguramente culpa mía por no ir a los ritmos a los que de verdad tienes que ir en este tipo de entrenamientos. Al final acabas pasándote y si hay que correr a 06:00 para de verdad hacer una sesión a bajísima intensidad, corres a 05:00 porque te sientes fuerte y ya no estás haciendo lo que debes. Lo mismo en bici. Si tienes que ir a 180w, acabas a 220 y adiós al objetivo de entrenar en ayunas. Y claro, pasa lo que pasa. Llegan los malos momentos, la falta de energía y alguna pájara que otra que te puede dejar tirado en una gasolinera comiendo barritas y bebiendo Red Bull como si no hubiera un mañana.

Pero se acabó. Ahora entreno siempre con una buena carga de hidratos de carbono la noche antes, desayuno igualmente con comida que me aporte una buena dosis de carbohidratos y también voy comiendo y bebiendo durante la bici o la carrera a pie. Intento estar en los 90gr/HDC a la hora. Ya sea con geles o bebida energética o incluso con algo más casero como dátiles o membrillo.

Así llevo ya dos semanas y he pegado un salto de calidad. He subido bastante el nivel de carbohidrato durante el día y me noto con más energía, acabo los entrenamientos mejor, recupero muy bien y al día siguiente estoy listo de nuevo para la batalla. El objetivo es rendir al máximo independientemente del camino que elijas. Si por el camino A ves que algo falla, habrá que coger el camino B siempre con la mira puesta en el rendimiento.

Yo creo que muchos nos obsesionamos consciente o inconscientemente del tema de “afinar” o “adelgazar” más por entrenar con baja disponibilidad de hidratos de carbono. Hay muchos estudios donde no hay evidencia de que esto sea así. De hecho, llevo 2 semanas bajando de peso y porcentaje de grasa, casi ya en mis números de competición y he aumentado muchísimo la ingesta de los temidos hidratos. Hay otros factores que influyen en ese afinamiento tan deseado como pueda ser la ingesta suficiente de proteína,  el entrenamiento de fuerza o el descanso, muchas veces ocupando el último lugar de prioridades.

¿Qué carbohidratos tomo?

Como muchos sabéis, desde el año 2014 llevo una alimentación muy evolutiva. Se puede llamar “dieta paleo” aunque no me gusta denominarlo así porque no soy tan estricto como mandan esos cánones y estoy abierto a alimentos importantes que aportan mucho al triatleta de larga distancia. Aunque ahora haya aumentado la ingesta de hidratos de carbono procuro que ese nutriente siga siendo de máxima calidad y preferiblemente libre de gluten, esa proteína que tanto daño nos hace y que destroza tantas carreras.

Soy partidario de hacer cargas con alimentos como la patata, el boniato, el arroz, la pasta de lenteja ( nos aporta hidratos y proteína) o el trigo sarraceno ( libre de gluten). Jamás tomo pasta industrial. Nunca me veréis en alguna franquicia famosa de cualquier ciudad la noche antes de la carrera atiborrándome a pizza o a espaguetis al pomodoro. Ojo, no digo que no haya gente que lo haga y haga 9 horas en Ironman. Hay de todo en la viña del señor.

Por supuesto no me olvido de la fruta, aunque en épocas pre competitivas donde quiero llegar lo más fino posible a la carrera con un muy bajo porcentaje de grasa corporal elijo muy bien cuáles tomo y sobre todo cuándo las tomo.

Así es como voy a afrontar estas últimas 8 semanas que quedan para el 140.6 INN de Girona. Me he dado cuenta que así rindo mejor y lógicamente aquí estamos para entrenar, para disfrutar haciéndolo, pero sobre todo para ser competitivos en las carreras.

Creo que este es el camino. ¿Y el tuyo?