Test: Casco Scott Wit

Probamos el casco más polivalente de Scott, un modelo que funciona igual de bien en carretera y en montaña.

Jorge López

Test: Casco Scott Wit
Test: Casco Scott Wit

Por definición se trata de un casco pensado para la bici de montaña, pero  cuando le quitas la visera y te ves frente al espejo comienza la duda.

La carcasa y el cuerpo se funden en una sola pieza gracias a la tecnología in-mold empleada en su construcción, esto confiere dureza y durabilidad al producto. Hemos comprobado que sus nueve aberturas frontales garantizan un buen flujo de aire bajo condiciones calurosas, aunque echamos de menos un poco más de continuidad en sus canales internos ya que a velocidad media/baja la parte trasera de la cabeza acumula más temperatura. La configuración interior y sus siete aberturas traseras cobran mayor protagonismo a velocidades alrededor de los 35km/h.

El sistema minimalista de almohadillas cumple perfectamente su cometido, sobre todo en la parte frontal donde otros cascos demuestran ciertas carencias en un ajuste firme. Aunque esta virtud se convierte en defecto si te suda mucho la cabeza ya que la sobredimensión de las almohadillas colapsa la retención del sudor.  El cierre trasero funciona mediante una ruleta de liberación rápida rematada con goma adherente para facilitar el manejo con las manos húmedas.

El sistema dentado denominado MRAS (Micro Rotary Adjustment System) se adapta muy bien con un rango milimétrico de movimientos. Posee un sistema de ajuste occipital acertado, con dos pequeñas almohadillas antideslizantes fabricadas en nylon flexible (al igual que las tiras laterales) que resultan cómodas y efectivas.

 

El sistema de retención es 100% compatible con el uso de gafas, no molesta ni con las versiones de patilla más elevada. Las correas de ajuste son ultraligeras, muy suaves al tacto y se ciñen perfectamente gracias a los clips laterales de ajuste fino. Nos ha gustado bastante el hecho de que estas correas se puedan desmontar por completo para ser lavadas, detalle que siempre se agradece. La sensación al llevarlo puesto es de libertad ya que la línea inferior del casco queda bastante elevada, en especial la parte trasera. La visera se puede quitar y poner mediante un sistema de corchetes, aunque el plástico sufre si realizamos esta operación con mucha frecuencia. Nos gustaría que se pudiera ajustar la angulación de la visera ya que si lo utilizamos en posiciones muy agresivas resta campo de visión, pero hay que ir muy muy flexionado para acusar este pequeño detalle.

Le damos una nota alta al acabado y la estética, está disponible en negro, rojo, blanco y azul oscuro. En cualquiera de las versiones destaca el diseño superior en forma de X, que además de bonito dota a la estructura de resistencia y un reparto mejorado en la absorción del impacto. Mención especial también para las líneas de la parte trasera.

Posee el estándar de homologación europeo EN 1078, lo que impide su uso en carreras en el continente americano y en Australia, detalle a tener en cuenta. Pero esto no nos debe preocupar de cara a la garantía de seguridad para el ciclista. También existe una versión Wit-R pensada para el ciclista de carretera, la única diferencia es la visera y las oquedades en el casco para la instalación de la misma.

Lo recomendamos para aquellos que quieran un casco polivalente, ligero y cómodo, perfecto para temperaturas cálidas no muy elevadas y salidas tanto en bici de montaña como de carretera.

► Tallas: S, M, L

Colores: Rojo, Blanco, Negro y Azul Oscuro

► Peso declarado: 260 gramos en talla M

► Peso real: 263 gramos en talla M

PVPR: 119€