Húmedo o seco: ¿qué lubricante debes usar para la cadena?

En tu tienda habitual de material de ciclismo encontrarás una gran variedad de lubricantes... ¿Sabes cuál elegir?

Húmedo o seco: ¿qué lubricante debes usar para la cadena?
Húmedo o seco: ¿qué lubricante debes usar para la cadena?

Ya sabemos que para reducir la fricción entre la cadena y el resto de los elementos de la transmisión debemos emplear un lubricante, que se encarga de ocupar los huecos que de otro modo se llenarían con el polvo y el resto de suciedad que nos encontramos en la carretera, agentes que aumentan la fricción y disminuyen la eficiencia.

En tu tienda habitual de material de ciclismo encontrarás una gran variedad de lubricantes: de mojado, en seco, de cera, cerámicos… Entonces, surge la pregunta: ¿qué lubricante debes elegir?

Aunque la gama que hoy en día hay disponible parece interminable, el lubricante de cadena se puede dividir en dos grandes categorías: ‘húmedo’ y ‘seco’.

Los lubricantes ‘húmedos’ o ‘de mojado’ se usan en todas las condiciones climatológicas, pero realmente nos dan un plus en otoño e invierno, cuando llueve más, ya que son resistentes al agua.

La mayoría de los lubricantes ‘de mojado’, con una sola aplicación, proporcionarán una lubricación eficiente para más de 150 kilómetros. Además, son muy buenos para reducir el ruido de la transmisión.

La desventaja es su textura pegajosa, que hace que la suciedad se adhiera a la cadena. De modo que requiere un desengrasado y una limpieza frecuentes de todos los componentes de la transmisión (simplemente con agua, jabón suave y, en caso necesario, un cepillo).

En condiciones secas, en primavera y verano, se puede utilizar un lubricante más ligero, normalmente un lubricante ‘seco’ a base de cera. Los lubricantes secos son mucho más limpios, acumulan menos suciedad.

Sin embargo, incluso una lluvia ligera lavará el lubricante 'seco' de la cadena. Además, dura menos. Con una aplicación, a partir de los 130 kilómetros, empieza a perder eficiencia.

Ambos, 'húmedos' y 'secos', deben aplicarse sobre la cadena limpia –una gota por eslabón– la noche anterior a nuestra salida de bici.