Desde hace ya unos días, Jan Frodeno y Nan Oliveras han retomado las buenas costumbres. 'Maestro' y 'alumno' vuelven a compartir entrenamientos, tal y como nos están mostrando a través de las redes sociales.
"Volviendo a los entrenos con el míster", explicaba recientemente Nan, justo después del reencuentro, una sesión de aguas abiertas que realizaron juntos en la Platja de S’Agaró. En aquella ocasión, fueron 3.823 metros en casi 55 minutos, a un ritmo medio de 1:25/100.
Este sábado por la tarde, Frodeno y Oliveras también han corrido codo con codo ("en paralelo", bromeaba Nan). El total, han sido 28 kilómetros, a un ritmo medio de 4'45"/km, con la dificultad añadida de hacerlo por la montaña, en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa (Girona). "¡Hoy, llevando a Jan por mi terreno!", comentaba el triatleta español. A lo que Frodeno respondía, en el mismo tono de humor: "Echando un vistazo al patio trasero de Nan"...
Y antes, el mismo sábado por la mañan, al menos Nan (según figura en su cuenta de Strava) ya había completado más de 100 kilómetros en bici...
En 2019, después de tres años sin apenas competir por sus problemas físicos (miocarditis y mononucleosis), Nan Oliveras dio, no uno, sino dos pasos al frente... En primer lugar, con 26 años (el pasado 19 de marzo cumplió 27), apostó por la media distancia; y en segundo, se puso en manos del mejor mentor posible: Jan Frodeno. Los resultados de la temporada pasada, incluida su gran victoria en el mítico Triatlón de Zarautz, demostraron que Nan acertó con ambas decisiones.
A lo largo de estos meses, se han convertido en compañeros de fatigas y, por tanto, han forjado una férrea amistad. Les hemos visto hacer entrenamientos de muchísimo nivel, como un 15 x 1.000 en la pista, tocando ritmos por debajo de 3 min/km. Y, además, Nan estuvo al lado de Frodeno en toda la concentración que el triatleta alemán llevó a cabo en Hawaii el pasado mes de octubre y que acabó con la consecución de su tercer Mundial IRONMAN y el récord histórico de la prueba (7h51'13").
Durante el confinamiento por la crisis del coronavirus, han estado trabajando por separado, cada uno en su domicilio: Nan, con sesiones en el rodillo de más de 300 km y casi 10 horas; Jan, con su IRONMAN indoor, desafío que también completó su discípulo, que le ha cogido el gusto a los esfuerzos prolongados...