El pasado sábado se disputó en Edmonton la prueba PRO femenina del Open de Canadá, cita inaugural del PTO Tour, un circuito de grandes carreras que, como en el tenis o el golf, se denominan Open y que serán, por tanto, como los Grand Slam del deporte de la raqueta o los Majors del golf.
La siguiente competición será en Estados Unidos, en Dallas, el 17 y 18 de septiembre. La Collins Cup (20 y 21 de agosto) también formará parte del PTO Tour. Además, en 2023 se incorporarán el Open de Asia y el de Europa.
En este primer evento de Edmonton, bajo el formato 100 km de la PTO (2 km de natación, 80 km de bicicleta y 18 km de carrera), compitió Sara Pérez, 22ª del ranking de la Organización de Triatletas Profesionales y flamante campeona del Mundial de Challenge el pasado 22 de mayo.
La triatleta española nadó en cabeza, pero no pudo seguir el ritmo de las mejores ni en el sector de ciclismo ni en la carrera a pie. Al final fue 26ª en meta. La australiana Ashleigh Gentle se llevó la victoria, por delante de la canadiense Paula Findlay y de la estadounidense Chelsea Sodaro.
Sara tuvo un "día súper duro", según reconocía en las redes sociales. Volvió a sufrir lo indecible por la colitis ulcerosa que lleva tiempo padeciendo.
"No todos los días son fiesta y tener malas carreras, a mí al menos, me motivan a seguir peleando para llegar donde quiero y recordarme lo que no me gusta y donde no quiero volverme a ver", comentaba después de la prueba Sara, tan honesta como siempre, al igual que su técnico Jaime Menéndez de Luarca, quien también ha hecho su particular análisis del rendimiento de su pupila en la prueba de Edmonton. Palabra de entrenador:
Días que no.
Ser entrenador de personas que depositan su confianza en uno es un trabajo altamente gratificante y a la vez con dosis de desilusión e incertidumbre.
Cuando Sara Pérez se cayó en el Clash Miami yo tenía claro que no podíamos pisar el acelerador. El impacto físico era evidente y solo la paciencia nos iba a ayudar a llegar decente al Challenge Gran Canaria y al Mundial Challenge de Samorin.
La apuesta de las pruebas ITU de junio [Sara compitió en la Copa del Mundo de Huatulco (acabó 26ª) y en las Series Mundiales de Montreal (fue 34ª)] era una última oportunidad que queríamos ver para ese sueño olímpico. Era muy evidente que intentábamos algo casi imposible por las diferencias en planificación y no hubo recompensa.
No supe leer el impacto de dos semanas viajando y corriendo supersprints y nada más volver de Montreal estábamos en el plan 70.3. Como consecuencia de ello, el rendimiento en Edmonton no fue el deseado, pero sí lo que merecimos en ese momento.
Posiblemente las dos personas más duras con la exigencia y el análisis de Sara sea la propia Sara y yo mismo.
Ahora sí, toca volver a los bolis de colores de Lanzarote, empezar a crear de nuevo y llegar a Dallas con la activación que necesitan estas carreras.