"Yo iba en la quinta posición y, siendo sincero, estaba haciendo un Mundial en el que sentía que todo era posible. Nunca se sabe cómo podría haber acabado la carrera, pero estoy destrozado por haber perdido mi oportunidad de competir"... Son las palabras de Braden Currie para hacer balance de lo que fue su participación en el Campeonato del Mundo IRONMAN de Niza del pasado fin de semana, donde se impuso el francés Sam Laidlow.
El triatleta neozelandés vivió "el momento más difícil de toda su trayectoria profesional", una situación realmente rocambolesca que se desató en el kilómetro 107 del segmento de ciclismo, cuando, como él mismo explica, marchaba estratégicamente bien colocado y con muy buenas sensaciones para poder "competir" por todo. Recordemos que Currie, de 37 años, acabó 3º la temporada pasada en el Mundial IRONMAN de St. George, y que en Hawaii fue 7º en 2019 y 5º en 2018. Ese mismo año le amargó a Gómez Noya su debut en IRONMAN al doblegarle en Cairns (Australia).
Sin embargo, sus aspiraciones se fueron al traste tras ser penalizado con 5 minutos por "arrojar desperdicios intencionadamente". Polémica decisión de un juez de la prueba que terminó en descalificación (posteriormente revocada), que llega, además, poco después de la también controvertida eliminación del canadiense Lionel Sanders en el Mundial IRONMAN 70.3 de Finlandia, en su caso, por pisar durante el sector de bici una supuesta e imaginaria línea central de la carretera.
Éste es el relato de Braden Currie de lo que ocurrió en Niza el domingo: penalizado, descalificado y finalmente repescado para cerrar el Mundial 2023 en el puesto 16º y con un registro de 8:38:50.
Campeonato del Mundo IRONMAN 2023
Ganancias marginales: por eso luchamos día a día para estas carreras...
Sanciones marginales: es lo que esperamos que nunca suceda, ya que es más duro que cualquier entrenamiento.
En el Mundial de Niza recibí una sanción marginal, una penalización de 5 minutos, en el km 107 de la bici, por arrojar desperdicios intencionadamente.
Yo iba en la quinta posición y, siendo sincero, estaba haciendo un Mundial en el que sentía que todo era posible.
Nunca se sabe cómo podría haber acabado la prueba, pero estoy destrozado por haber perdido mi oportunidad de competir.
Tras recibir la sanción, discutí con el juez de carrera y luego emocionalmente me rendí porque sabía que perder 5 minutos significaba que me quedaba sin opciones de ganar.
Fue el momento más difícil de cualquier competición en la que haya estado. Entré en la transición para cumplir la sanción de 5 minutos y 'sangré mientras me sentía golpeado'.
Ya había terminado y quería desconectar.
Pero hay gente buena ahí fuera y esta buena gente me apoyó. Hicieron todo lo que estaba en su mano para animarme a seguir adelante... y no cumplir la sanción... y simplemente seguir corriendo.
Sentí que mi descalificación estaba ahí, pero terminé el maratón porque quería devolver algo a todos los que me apoyan.
Entonces llegó: la descalificación a los 30 segundos de llegar a meta.
Una vez más, la buena gente me animó a seguir el debido proceso y apelar oficialmente el castigo. Fue lo último que me apetecía hacer, pero me alegro de haberlo hecho.
Mi penalización y mi descalificación fueron revocadas al final.
Sé que IRONMAN y los funcionarios técnicos que tomaron esta decisión estaban un 200 % comprometidos a tomar la decisión correcta. Estoy muy agradecido por ello.
Así es como pasó.