El pasado 13 de agosto, Jan Frodeno, uno de los mejores triatletas de la historia, tres veces campeón del mundo IRONMAN en Kona (2015, 2016 y 2019) y oro olímpico en Pekín 2008, lanzaba un inesperado e impactante anuncio: 2023 será su último año como triatleta profesional.
"Me caí de la bicicleta hace unas semanas. Supongo que las caídas en bici son parte del deporte si pasas muchas horas encima de ella. Siempre es complicado tratar de curar una herida y mantener una carga de entrenamiento de 35 horas a la semana, pero desafortunadamente se convirtió en un punto crítico y mis médicos decidieron que todas las pruebas mostraban razones suficientes para operar: el tejido alrededor del trocánter se había infectado.
Por supuesto, esto pone fin a mi sueño de Kona para 2022 y supone un nuevo frenazo a lo que han sido unos meses muy, muy complicados... y la oportunidad de reiniciar y planificar lo que creo que serán mis últimos 14 meses en el deporte. Pero sigo apasionado, sigo amándolo mucho", comentaba entonces Frodeno, de 41 años, que ya se perdió el Mundial IRONMAN de St. George de mayo por una rotura parcial del tendón de Aquiles.
Regresó en el Challenge de Roth a principios de julio, pero se retiró al poco de comenzar el maratón a pie, cuando iba líder, porque las sensaciones no eran del todo buenas. Desde entonces no le hemos vuelto a ver con un dorsal.
Pero el que fuera 'rey de Kona' quiere retirarse –si es que finalmente lo hace cuando acabe este campaña– en lo más alto. Y ya trabaja para ello, como demuestra en su última publicación en las redes sociales. En ella, podemos ver a 'Frodo' en plena sesión de carrera a pie en Sunshine Coast, en el este de Australia, donde lleva concentrado varias semanas.
"Por fin. Corriendo fuera. Actualmente, unos 70 km a la semana. Y subiendo. Informaré sobre el progreso pero, como dice mi querido amigo @TAG: feliz como un cerdo en la mierda", comenta el triatleta germano, que, de momento, no ha confirmado si competirá en el Mundial IRONMAN de Niza de septiembre, prueba que ha criticado abiertamente, llegando a decir que el cambio de sede le parece "una vergüenza".