En plena cuenta atrás para el Campeonato del Mundo IRONMAN de Hawaii del pasado mes de octubre, se producía la primera baja sensible de la prueba PRO femenina. Se trataba de Kat Matthews, subcampeona en el Mundial IRONMAN de St. George de mayo y que en junio había participado en el Desafío Sub8, en sustitución de su compatriota Lucy Charles, completando la distancia IRONMAN en 7:31:54.
La británica, de 32 años, era atropellada en Texas por el conductor de un automóvil durante un entrenamiento de bici con otros triatletas, entre ellos Patrick Lange, campeón del mundo IRONMAN en 2017 y 2018. "Esperemos que no haya lesiones a largo plazo", comentaba Matthews en Instagram desde la camilla del hospital.
“Los rumores comienzan a circular. Así que para que quede claro: Kat está bien y en buenas manos; con suerte, sin lesiones a largo plazo. Pequeñas fracturas en el cráneo, dos vértebras, el esternón y una docena de puntos. Esperando los resultados de la última resonancia magnética", puntualizaba su marido Mark también en las redes sociales.
Este sábado, seis meses después del accidente, Kat ha regresado a la competición. Ha sido en el IRONMAN 70.3 de Oceanside, en California. Y no se ha conformado con ponerse en la línea de salida. Ha estado en la batalla por la victoria desde el principio. De hecho, ha llegado a la segunda transición en cabeza, con el mejor parcial del día sobre la bici.
Al final ha sido tercera en meta, tras 4:12:27 de esfuerzo, sólo superada por la canadiense Tamara Jewett, que se ha impuesto en 4:08:09, y la estadounidense Chelsea Sodaro, segunda en 4:09:31.
Un bronce que sabe a oro por lo que sucedió hace tan sólo medio año y por la consiguiente historia de superación que nos deja Kat Matthews y que la PTO (Organización de Triatletas Profesionales) ha relatado estos días en su canal de Youtube...