En principio, Albert Moreno afrontaba en un gran momento el IRONMAN 70.3 de Andorra que se disputó el pasado fin de semana, con una lista de salida de relumbrón, incluidos Cameron Wurf, 5º en el último Mundial de Kona de 2019, o el británico David McNamee, 3º en Hawaii en 2018.
Había preparado la prueba con su habitual profesionalidad, 'con mimo', como el propio Albert ha reconocido. De hecho, como nos mostraba en el último vídeo de su canal de Youtube, llevó a cabo una concentración específica en la misma Andorra, donde llegó a compartir sesión de bici con algunos componentes del Movistar Team...
Sin embargo, el día de la carrera las cosas no salieron como esperaba. "Parecía que llegaba con los deberes hechos, creo que así fue, tenía un buen punto en bici y nadando, mientras que corriendo estaba mejor que en Gran Canaria (acabó 6º) o St. Pölten (10º). Pero no fue así", comenta el triatleta de Igualada en la crónica –de recomendable lectura– que ha publicado en su página web.
"El día de la carrera no salió nada como tenía pensado. Pensaba hacer una natación mejor de la que hice, una bici como la hice y una carrera a pie regular. Desde el miércoles antes de la carrera la barriga me dio la lata, pero no creo que ése fuese el problema. Es más, estoy seguro de que no fue el problema. ¿Entonces cúal fue el problema?
Creo que fue un problema de ansiedad: sensación de ahogo y de flaqueza muscular. Y no supe lidiar con ella. A 130 pulsaciones y sentir que te ahogas es bastante jodido. Me pasó días atrás entrenando, pero no le di más importancia porque, cuando apretaba, el cuerpo funcionaba. Por desgracia, compitiendo fue diferente, el cuerpo no funcionó", explica Albert.
"Nadando, tenía la sensación que iba con el freno de mano, tenía sensación de angustia, ahogo... Al montar en la bici, sinceramente, desapareció bastante y pensaba que todo estaba pasado. Pero fue bajarme a correr y ver que no iba, y otra vez la sensación de estrés emocional, de ansiedad, ahogo y quedarme sin fuerzas. Y en el km 8 (iba 5º/6º) me paré", relata.
"Comí todo lo que tenía que comer (mis 65/70gr hidratos por hora). Me preparé como tenía que hacerlo. Pero me olvidé de lo más importante: mi vida ha cambiado, tengo un niño y no supe llevar bien esta situación al acercarse la carrera. Mi cuerpo no descansaba bien, no respondía igual y se ahogaba. Lo hablamos con mi mujer. Era una sensación de agotamiento total. Queremos ser perfectos e intentamos serlo, pero quizás esto te deja al límite a nivel de fuerzas y muy alto el nivel de estrés", aclara Albert, que ahora descansará unos días para, a continuación, empezar a preparar la segunda parte de la temporada sabiendo, esta vez sí, cómo sobrellevar y compaginar su profesión de triatleta de élite con su nueva situación personal como padre de familia.