Eneko Llanos regresaba a la línea de salida del Ironman de Niza de este domingo con la intención de meterse en el podio y, de esta forma, mejorar la 4ª posición que obtuvo en esta prueba en 2017.
Salió del agua en los puestos de cabeza, con un parcial de 51:04. "La natación, bien, en el grupo de cabeza, con buenas sensaciones como hacía tiempo no tenía en el agua", ha explicado el triatleta vitoriano en las redes sociales.
Después del segmento de ciclismo, que completó en 4:43:55 (el australiano Cameron Wurf firmó un registro de 4:32:20, nuevo récord del sector de bici de esta competición), se presentó en la segunda transición todavía dentro del grupo de favoritos que acabarían disputándose la carrera.
Sin embargo, el esfuerzo que hizo en la bici, en un recorrido exigente con hasta 2.000 metros de desnivel, por no perder la estela de los mejores, le pasó factura en el maratón final: "Bici, bien, con fuerza, demasiada... que me ha hecho cebarme en seguir el ritmo del grupo de cabeza. Las subidas, todas un punto por encima de lo que debería y en Ironman los esfuerzos extra se pagan. Los últimos kilómetros de la bici se me han atragantado y me he bajado muy cansado a correr. Primeros kilómetros, queriendo aguantar el ritmo. Primera vuelta, eterna; y a partir de ahí, ya no tenía de dónde tirar".
Terminó abandonando al paso por el medio maratón, al igual que Albert Moreno. "Una retirada no es una cosa que guste sumar al historial. Hubiese preferido otra medalla de finisher pero no he tenido energía para acabar... Como parte positiva me quedo con que al menos el estómago parecía estar trabajando bien: pocas molestias y sensaciones de estar digeriendo y asimilando bien todo. Ahora, a analizar lo ocurrido, aprender de los errores y hacer planes futuros", concluye Eneko, que también tuvo que retirarse por unos problemas de espalda en el Ironman 70.3 de Dubai en enero y acabó 10º en el Ironman de Sudáfrica en abril.