Su presencia es sobrecogedora y su palmarés, aunque breve, ya es inalcanzable para bicis que llevan años en el mercado. Eso no es nada con lo que supone vivir la experiencia de pedalear con la bici de Sebastian Kienle, la Scott Plasma 5 Team Issue, la bici del Campeón del Mundo 2014 en distancia Ironman.
EL TEST
Scott es una de las marcas que antes creyó en nuestro deporte, aportando bicis, textil y calzado (también de running), todo de muy alto nivel y específicamente de triatlón, cuando la mayoría de marcas casi no tenían ni bicis aero. Sin embargo, al tratarse de una marca de grandes números y estructura global, en la que los volúmenes mínimos son altos para obtener rentabilidad a un proyecto, en la que también deben atender las gamas de MTB y carretera que son el núcleo de su negocio, puede que no rentabilizaran tantos esfuerzos con las bicis de tri, porque entonces tal vez no había una demanda real tan grande en este tipo de bicis. Puede que por ese motivo hayan mantenido más tiempo de lo habitual el anterior modelo Plasma.
Porque en el pasado apostaron fuerte por avanzar en nuestro deporte y es posible que no obtuvieran el retorno proporcional a su inversión, por eso tal vez el anterior modelo Plasma ya se había quedado atrás frente a la competencia. Sea como sea, cuando Scott se pone un objetivo, siempre llega con un bombazo, pero lo que nadie podía imaginar es que la nueva Plasma 5 iba a llegar como lo ha hecho, no sólo ganando en Kona con mucha autoridad, sino con una bici así de avanzada. Tal vez su aspecto no diga tanto en relación a otras opciones igual de llamativas, pero sí que lo es. Hasta la fecha se siguen heredando muchos conceptos aerodinámicos del mercado de la automoción o la aeronáutica, pero ni la velocidad ni las necesidades son las mismas. Nos gusta el enfoque de que hayan trabajado con la conciencia de aerodinámica aplicada al ciclista, no sólo sobre teorías sino sobre la realidad de lo que luego te encuentras en la carretera, que no es tan ideal ni estable como lo que se propone un túnel de viento, con el añadido de la incalculable variable que supone el control de cada ciclista.
GALERÍA DE FOTOS SCOTT PLASMA 5 TEAM ISSUE
Desde las primeras versiones Addict, Scott siempre ha sido un referente en el rendimiento que consiguen con su carbono y su complejísimo proceso de construcción. Dicho esto, tanto por la arquitectura del cuadro Plasma 5, como por la altísima rigidez del carbono HMX, han logrado que esta bici obtenga unos niveles de rigidez inauditos en este tipo de bicis de crono. Con el juego de ruedas Zipp Fire Crest 404 delante y 808 detrás, han conseguido la armonía perfecta para esa bici, con un manejo excelente, una respuesta proporcionada de estabilidad a la velocidad a la que te muevas y una reactividad a la pedalada fabulosa.
Cada detalle importa
Partimos de la base de que actualmente no hay una sola bici de elite que no sea compleja de montar o ajustar, y la Plasma 5 también lo es. Sobre todo el cable del cambio, que si bien una vez instalado funciona a la perfección sin acumular fricciones concentradas, pasar la funda por la vaina derecha, sacar la bielas para pasarla por encima del pedalier y luego ser capaz de encontrar el minúsculo agujero sobre la dirección por el que deben de pasar tres fundas al tiempo, previo desmontaje de la horquilla y el freno delantero para poder hacerlo…qué duda cabe que es un reto a superar por Scott y para la mayoría de bicis de larga distancia con cableado interno. Sin embargo, una vez montada y ajustada a las necesidades particulares de cada triatleta, porque está concebida para que casi cualquier necesidad sea atendida, la Plasma 5 es una bici que garantiza una buena frenada, cambios suaves y de tacto agradable, una dirección sin holguras, tornillerías de calidad y, en definitiva, lo mínimo que cabe esperar de cualquier bici, máxime si te trata de una bici de última generación. Desde aquí entraríamos en consideraciones de comportamiento dinámico, que es donde la Plasma 5 establece una buena diferencia con sus rivales.
A gusto
El primer punto de ajuste de la bici, el sillín, ofrece un rango de regulación total. El cabezal de la tija tiene un carril de 4 cm que, añadidos a los 6cm de los propios raíles del sillín, permite un abanico de opciones perfecto para cualquier tipo de necesidad geométrica, por avanzada o retrasada que sea la posición del sillín. Una bici de este nivel merece un sistema con un ajuste más preciso para ajustar la posición del sillín que una rotula.
Con este sistema, que es más rápido para un ajuste aproximado, es fácil perder las referencias al hacer los ajustes finos definitivos o incluso probar distintas posiciones. Luego, los tornillos que fijan el cabezal al del propio carril de la tija, uno por delante y otro por detrás, quedan ocultos e inaccesibles bajo el sillín, por lo que hay que desmontarlo aflojando totalmente la rótula para poder acceder a ellos. Es aceptable, al final después de emplear más tiempo y paciencia de la necesaria queda ajustado a la perfección, pero es mejorable en una bici que busca la excelencia, por mucho que quieran amortizar la misma tija para todos los modelos aunque la construyan en su carbono HMX para todas. Para esta versión de muy alta gama, en Scott han pensado que la mejor opción la tenían en casa, con el sillín Syncros RP1.0 TRI (Syncros es una marca de accesorios propiedad de Scott). Es la primera vez que lo probamos y estamos de acuerdo con la decisión. Aunque sus líneas a simple vista sean las de un sillín “convencional", resulta muy cómodo incluso sin badana, en todo tipo de apoyos y posiciones, para todo tipo triatletas, erguidos o con la espada en negativo y además, tiene un tratamiento adherente muy efectivo incluso mojado.
¿Una necesidad? Una oportunidad.
Profile se ha hecho cargo de la que tal vez sea la parte visualmente más espectacular de la bici: todo el conjunto que forma el manillar con el sistema de hidratación que a su vez hace de carenado. Para que el bidón frontal quede perfectamente enrasado con el tubo de dirección y la horquilla, el bidón apoya sobre unos tacos de goma (dos laterales y uno frontal que va muy pegado a la rueda delantera) que además de crear una gran estructura aerodinámica uniforme, amortigua ruidos y cantidad de vibraciones que llegan al manillar desde la rueda delantera. Sólo hay que quitarlos para percibir su efecto cuando llevas los neumáticos hinchados por encima de los 7.5 bar…o restarle los 350g que pesa todo el conjunto, que aunque queda menos radical, resulta más controlable de dirección para el día a día.
¡Frena!
En Scott no se han casado con nadie para la Plasma 5 y han montado lo que han considerado mejor para su bici, incluso al precio de combinar un grupo completo SRAM Red 22 con un freno trasero Shimano Dura-Ace Direct Mount, anclado en la parte posterior de las vainas que frena a la perfección, con excelente tacto, potencia y retorno.
El delantero es un freno integrado de buena calidad, nada de calaminas ni muelles baratos sin fuerza. Es un SCOTT TKB136 de tiro central con un regulador de tensión de acceso externo, que apenas se ve, pero al que se puede acceder sin desmontar ni un solo plástico para poder aproximar o alejar las zapatas. Si a esto le añadimos que han elegido las manetas de freno SRAM BL990 que también permiten ajustar la tensión girando la propia maneta…¡Por fin tenemos posibilidad de ajustar la apertura de las zapatas en una bici de frenos integrados! Este “milagro de la técnica" que a día de hoy ofrece cualquier bici de supermercado, parecía imposible en bicis aerodinámicas de 10.000€. Gracias a este “revolucionario" sistema, por fin puedes llevar unas ruedas de entrenamiento hasta el día antes de una carrera y montar las ruedas de competición con distinto ancho de llanta, regularlo en diez segundos y todo sin arriesgarte a quedarte sin frenos o casi peor, dejar la bici frenada. Le damos las gracias a Scott por demostrar que una bici aero para larga distancia…puede tener unos frenos ocultos dignos.
Donde no se ve
Si te cruzas con un Plasma 5 y tienes la oportunidad de tocarla, no dejes de mirarla por todos los ángulos. Su caja de pedalier aero es espectacular, han pensado tanto en el viento que pasa por debajo de la bici, como en reducir la presión aero que los propios pies generan a su paso por el tubo vertical al pedalear.Han abierto una ventana que reduzca esa presión por proximidad, resultando un menor arrastre en una situación de alteración aerodinámica que se produce cientos de miles de veces con el continuo pedaleo. Scott ha roto algunas convenciones de diseño trabajando en uno de los aspectos que más condiciona la aerodinámica de una bici: el ciclista. Han estudiado el tipo de viento al que se enfrenta cada parte de la bici cuando el ciclista pedalea y en función de esa información han trabajado. Por eso, como la pipa va por delante del ciclista, ahí sí han ido a muerte con la estabilización del viento. En la parte media de la bici han buscado estructuras más minimalistas que convivan mejor con el movimiento de las piernas y para la parte trasera han trabajado en diseños que no se opongan al viento turbulento y que lo acompañen favorablemente para estabilizarlos en su salida.
Todo en uno
Al subirte a esta Plasma 5 Team Issue, más que ir a pedalear en una bici de triatlón, tienes la sensación de ir a pilotar un caza de guerra. La calidad de todos los elementos de almacenaje de “energía" es correcta, el plástico es un poco duro, pero asegura su durabilidad con el paso del tiempo y que no se caerá la comida, aunque para los triatletas que pedaleamos con las rodillas hacia dentro, el depósito de barritas puede rozar con los bastos internos. Hay espacio para guardar unas cuatro barritas de tamaño estándar y tres geles (como referencia de volumen), más que de sobra, porque si en un Ironman necesitas comer más de lo que cabe ahí, es que posiblemente necesitas más entrenamiento. El manillar es muy rígido, incluye todo tipo de accesorios para encontrar la posición ideal, en el que solo echamos en falta que las extensiones tengan la regulación de elevación para poder levantar las manos hacia arriba.
La gama
La gama Plasma 5 la encontramos con cuatro opciones de montaje. Si bien es cierto que es el cuadro es una maravilla en cualquiera de los casos, sólo en las versiones Team Issue y Premium encontramos el cuadro con carbono HMX y todas las innovaciones anunciadas. Las versiones 10 y 20 están construidas en carbono HMF, que en realidad ya es mucho más de lo que podamos requerir el 99% de los mortales.
En todas las opciones se monta la misma tija HMX y es posible instalar todo el kit de hidratación y almacenaje de comida, que sólo viene de serie en las dos opciones tope de gama y el cuadro para montaje . Obviamente la versión testada es estelar, sólo faltaba que por los 10.000€ que cuesta trajera una sola baratija, pero echamos en falta algún grupo electrónico, que perfectamente habría encajado con un Ultegra Di2 en la versión Premium en lugar del Dura-Ace mecánico que incorpora y que entonces sí habría justificado de sobra los 6.000€. Entre las versiones 10 y 20, elegiríamos la 10 ya que viene firmada con Shimano Ultegra 6800, que en la práctica funciona igual que un Dura-Ace, la diferencia de peso no es relevante y menos aún en este tipo de bici, y a cambio ya disfrutas de los frenos de doble anclaje Direct Mount que clarísimamente sí marcan la diferencia.
PLASMA TEAM ISSUE 9.999€
PLASMA PREMIUM 5.999€
PLASMA 10 3.299€
PLASMA 20 2.799€
PLASMA CUADRO (TEAM ISSUE) 4.999€