En casi todas las quinielas del Campeonato del Mundo IRONMAN masculino de Niza (las mujeres lucharán por el título el 14 de octubre en Hawaii) que se ha disputado este domingo, figuraba un nombre como gran favorito a la victoria, el que muchos consideran el mejor triatleta de todos los tiempos: Jan Frodeno.
El triatleta alemán, de 42 años, quería despedirse en lo más alto, sumando el que hubiera sido su particular póquer de triunfos en el Mundial IRONMAN (en Hawaii ganó en 2015, 2016 y 2019). Hace un mes, en el Open de Milwaukee de la PTO (Organización de Triatletas Profesionales), el campeón olímpico de 2008 se apuntó la victoria y demostró que había recuperado el nivel que le hizo prácticamente invencible desde 2015 hasta la temporada pasada, cuando las lesiones le dejaron casi todo el año en el dique seco.
Sin embargo, el tricampeón del mundo en Kona, un triatleta acostumbrado a sacar lo mejor de sí mismo en las grandes citas, no ha podido en este 'último baile' en Niza estar cerca de los mejores.
Es cierto que nadó con el grupo de cabeza. Y que en el exigente segmento de ciclismo, con 2.400 metros de desnivel, poco adecuado para sus condiciones, parecía que optaba por una actitud conservadora para luego dar el golpe de gracia en el maratón a pie.
Llegaba a la segunda transición a casi 15 minutos del francés Sam Laidlow, a la postre campeón de la prueba, y poco después que Patrick Lange. Pero mientras Lange sacaba a relucir todo su talento en la carrera y lograba remontar hasta la segunda posición para apuntarse la plata, la imagen de 'Fodo' haciendo la transición tranquilamente lo decía todo: había llegado el momento de entregar la corona.
Otra lección de grandeza en su adiós
Y aunque lo más fácil hubiera sido abandonar sin correr el maratón, Jan Frodeno ha querido dar otra lección de grandeza también en la derrota, como ya hiciera en Hawaii en 2018. Entonces, unos problemas en la espalda le impidieron pelear por el triunfo. Aun así, también decidió hacer el maratón... ¡¡andando!!
En Niza, igualmente, ha decidido cubrir el maratón hasta el final, en esta ocasión corriendo, para disfrutar de sus últimos 42 km como triatleta profesional. Ha sido el mejor homenaje para su legendaria carrera, para sus rivales y para la prueba que le ha convertido en lo que es.
Han sido 3 horas y 8 minutos recibiendo todo el cariño y reconocimiento del público. A nadie le ha importado que quedara en el puesto 24º, a 42 minutos del ganador: su entrada en meta ha sido apoteósica, a la altura de una leyenda. Allí le esperaba Lange, para darle el abrazo que representa el agradecimiento de todo los que aman el triatlón...
Como le decía otra leyenda como Mark Allen en las horas previas:
No importa cómo termine el día para ti, has de saber que tu legado e impacto han establecido un estándar que ha ayudado a todo el deporte a crecer. Echaremos mucho de menos su presencia en futuras líneas de salida. Pero a medida que pasen los años, solo nos dará más y más tiempo para absorber y admirar lo que has hecho por todos nosotros.