El Challenge de Daytona del pasado sábado fue puro espectáculo... por el escenario... porque gran parte de la prueba se desarrolló de noche, bajo la iluminación artificial del circuito... por el formato ('Daytona distance': 1.600 metros de natación, 60 kilómetros de ciclismo y 13 de carrera a pie)... y por el apasionante duelo que nos brindaron Lionel Sanders y Pablo Dapena en la carrera a pie...
El primero en bajarse a correr fue el estadounidense Andrew Starykowicz. Sin embargo, Pablo y Sanders, ambos campeones del mundo de Larga Distancia (Pablo en Dinamarca en 2018 y Sanders en Canadá un año antes) no tardaron en darle caza para comenzar su particular y emocionante cara a cara...
Ambos triatletas, gallego y canadiense, corrieron muy rápido, codo con codo. Dentro de los últimos 2 kilómetros, fue Sanders quien marcó la diferencia y se llevó el triunfo.
Sanders firmó un parcial en los 13 km de carrera pie de 42'51" (a 3'17"/km de ritmo medio); Pablo, de 43'31" (a 3'20"/km de ritmo medio), si bien ha llegado justo de preparación por una rotura de fibras en el gemelo izquierdo que le ha tenido dos semanas sin poder correr,
"Nunca había oído hablar de Pablo hasta que después del IRONMAN 70.3 de Indian Wells miré la lista de salida de Daytona y vi sus resultados. ¡Cómo el mundo ha echado de menos a un atleta tan increíble!", explica el subcampeón del mundo IRONMAN de 2017 en declaraciones incluidas en este último vídeo que ha publicado en su canal de Youtube.
"Fue un día fantástico, uno que nunca olvidaré, una de las mejores batallas en las que he participado. Si hubiera terminado en segundo lugar, no habría importado", añade Sanders, que relata cómo vivió el duelo con Pablo Dapena.
"En la segunda transición me sacó 10 metros. No me puse calcetines, sabía que no había tiempo para ello. Cerré el hueco en una milla. Luego pensé que Pablo estaba flojeando porque su respiración era pesada. Pero estaba jugando conmigo. Comenzó a hacer cambios de ritmo cortos para intentar dejarme, aunque entendí su táctica. Así, en su siguiente oleada de ataques, decidí responder y no parar. Oí como sus pasos se alejaban, pero todavía quedaba una milla. Y recé para que mi isquiotibial derecho aguantara"...