Diego Méntrida, triatleta de élite que emocionó a Will Smith y al mundo entero con su ejemplar gesto deportivo en el Triatlón Santander de 2020, pedalea estos días por su hermano y por todos los afectados por el Síndrome de West.
El objetivo es dar visibilidad al Síndrome de West, una enfermedad neurológica rara que afecta fundamentalmente a niños menores de un año de edad, y recaudar fondos para mejorar la vida de los que lo padecen, apoyando a las familias, ayudando a la investigación y la divulgación de esta enfermedad, es el objetivo que se ha marcado un grupo de amigos unidos por el deporte, el ciclismo y un espíritu solidario.
Conscientes del enorme valor social del deporte, se creó en el año 2020 “Divertia On Bike” una iniciativa de Divertia (www.divertia.es) para dar visibilidad, colaborar y ayudar a personas y fundaciones con carácter social a través del cicilismo. Durante la pandemia “Divertia on bike” junto con Zertior tuvieron un papel activo creando una carrera ciclista virtual para obtener fondos para la Cruz Roja en la lucha contra la Covid 19, en la que participaron muchas personas de gran relevancia social y la sociedad en general.
Y ahora se han marcado un nuevo reto: captar fondos para la Fundación Síndrome de West (www.sindromedewest.org ) Para ello, participaran en varios retos, como Diego, que esta semana está haciendo la Pilgrim Race 2022. Se trata de ir en bici de montaña desde Madrid hasta Santiago de Compostela: 7 etapas en 661 kms.
Se ha habilitado un site desde donde se podrá participar adquiriendo un dorsal solidario, llevar a cabo donaciones, y la adquisición de un maillot especial creado para la ocasión www.divertia.es/onbike.
El síndrome de West es una encefalopatía epiléptica que afecta a los bebés menores de un año de vida. La incidencia es de uno de cada 4000 nacidos vivos y la afectación suele ser algo superior en varones que mujeres.
La actividad eléctrica anormal que padecen los bebés les hace perder habilidades adquiridas y también paralizar su desarrollo. Por eso es fundamental el diagnóstico precoz y la intervención lo más rápida posible para poder aprovechar la plasticidad que aún tiene el cerebro del bebé hasta los dos años de vida.