Cameron Wurf, 5º en el pasado Campeonato del Mundo IRONMAN de Kona, 're-debutó' en el ciclismo profesional el pasado 2 de febrero en la Cadel Evans Great Ocean Road Race, en Australia. Completó 141 kilómetros de los 171 (con 1.230 metros de desnivel), en 3 horas y 40 minutos, a una velocidad media de 38,5 km/h. Pero la jornada no acabó ahí...
Ese mismo día, tras el abandono, realizaba un entrenamiento de carrera a pie de casi 30 kilómetros, a un ritmo medio de 4'07"/km. Concretamente, fueron 28,92 km en 1h58'57", según los datos que figuran en su cuenta de Strava. La denominación con la que calificó la actividad fue bastante gráfica: 'Castigo por el abandono' (Punishment for DNF).
Y este domingo ha repetido la fórmula en Portugal... Wurf ha competido con el INEOS en la Vuelta al Algarve: 771 kilómetros repartidos en 5 etapas. Ha terminado en la posición 97ª, a más de 35 minutos del ganador final de la clasificación general, el joven 'prodigio' belga Remco Evenepoel.
En la última contrarreloj de 20 kilómetros, Wurf ha invertido, según los datos de su cuenta de Strava, 28'39", a una velocidad media de 42,3 km/h, con una potencia promedio ponderada de 365 vatios. Sin embargo, según la clasificación oficial, cubrió la crono en 26'32", en la posición 73ª, a 2'25" del ganador, Evenepoel.
Terminada la crono, Wurf se calzó las zapatillas de correr para hacer un entreno en transición de 21 km a pie, que cubrió en 1h24', es decir, a un ritmo medio de 3'58"/km, también atendiendo a los datos que ha subido a Strava.
Y es que el australiano está encantado de haber vuelto al ciclismo profesional, pero sabe que su gran objetivo sigue siendo el IRONMAN de Hawaii...