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Jesse Thomas, 'el aviador', dice adiós al triatlón profesional a los 40 años

"Me siento realmente tonto por hacer este anuncio".

Triatlon

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Jesse Thomas, 'el aviador', dice adiós al triatlón profesional a los 40 años

En 2011, Jesse Thomas participó en el famoso Wildflower Triathlon, en San Diego (California), en la categoría profesional. En ese momento, era un aficionado totalmente desconocido, aunque había sido atleta universitario. Le prestaron una bici normal y un casco aerodinámico, se puso unas gafas de sol de aviador que compró en una farmacia por 9 dólares... y terminó ganando la carrera, sorprendiendo a todos, incluido al speaker, que le preguntó cuando cruzó la línea de meta: '¿Cómo te llamas?'.

A partir de entonces, Jesse, 'el aviador' –ya nunca abandonó las gafas–, se convirtió en el primer triatleta en ganar en tres ocasiones y de manera consecutiva el Wildflower. En 2016 conquistó el IRONMAN de Lanzarote, superando al mismísimo Jan Frodeno, que llegaba a esa prueba como campeón del mundo IRONMAN. EN 2017, Thomas acabó 3º en Lanzarote. Además, en 2015 también ganó el IRONMAN de Gales. Su último gran resultado fue el tercer puesto en el Challenge de Roth de 2018. Completó la prueba en 7h54'38", a 8 minutos del ganador, Sebastian Kienle.

Ahora, el carismático y excéntrico triatleta estadounidense dice adiós al triatlón. Lo deja a los 40 años para dedicarse en cuerpo y alma a su faceta empresarial. Y es que en 2010, Jesse y su esposa, la ex atleta profesional Lauren Fleshman, fundaron Picky Bars, con sede en Bend (Oregon), que se dedica a la fabricación y comercialización de barritas energéticas ecológicas.

"Así que sí, me retiro del triatlón profesional. Sé lo que la mayoría de vosotros estáis pensando: '¿A quién le importa?'. Sí, tienes razón, en su mayoría a nadie", así, fiel a su marcada personalidad, arranca Thomas la despedida que ha publicado en su blog.

"No he corrido un triatlón en casi dos años, pero no me había retirado oficial y públicamente. Me siento realmente tonto por hacer este 'anuncio', dada la situación que estamos viviendo y lo increíblemente importante que es que me retire del triatlón", añade irónicamente 'el aviador', que fue 16º en el Mundial IRONMAN de Kona en 2016 y 28º en la edición de 2017.

"Mi último triatlón fue el Challenge de Roth 2018. Al reflexionar de nuevo, creo que inconscientemente sentí que podía ser mi último gran éxito. Estaba en forma, pero mi cuerpo pendía de un hilo. Tenía un problema ciático que me adormecía la pierna izquierda, dolor en los pies, un hombro agarrotado... lo que me hizo sentir la más vieja de todas mis lesiones, ¡una maldita hernia!

Fui increíblemente afortunado de haber estado muy cerca de la carrera de mi vida en Roth, logrando todos mis objetivos: Top-3, sub-8 (7:54) y sub-2:45 en el maratón (2:44:52). Pero mi cuerpo fue aplastado. Nunca olvidaré la subida a Solar Hill en la primera vuelta con Cam (Cameron Wurf) y Sebi (Sebastian Kienle), pero poco después mi pierna izquierda se adormeció y permaneció adormecida durante la carrera (y durante unos 4 meses después). Estaba quemado física, emocional y mentalmente.

Además, resultó que Picky Bars estaba en una maldita crisis cuando crucé la línea de meta. Por el error de un proveedor, fabricamos barritas por valor de 150.000 dólares que por alguna razón tenían una proteína de arroz que las hacía saber mal. No pudimos venderlas. Las donamos a los bancos de alimentos y estuvimos sin existencias durante 2 meses. Perdimos un montón de dinero", relata Thomas.

"Mientras trabajaba a tiempo completo para reactivar el negocio, decidí perseguir un objetivo atlético que exigiese menos tiempo: un maratón. En el fondo, pensé que tenía una pequeña posibilidad de clasificarme para los trials (pruebas de clasificación olímpica de Estados Unidos) de Tokio 2020 (pedían sub-2:19), que habría sido en mi 40º cumpleaños y creo que es una historia genial: 'El viejo triatleta con hernia que hace la clasificación olímpica, ¡asombroso!'. Estuve corriendo muy bien hasta marzo pasado e incluso gané una media maratón súper montañosa en 1:08, pero me rompí el pie (el hueso navicular), una lesión que conozco por experiencia y que necesita un año para sanar", explica Thomas, al que, efectivamente, hace unos meses veíamos con una férula en su pie izquierdo... corriendo con muletassubiendo un puerto con la bici... Thomas, en estado puro.

"¿Estoy triste? Un poco, pero principalmente no. ¿Entonces lo extraño? Sí, un poco, pero no lo suficiente como para querer cambiar lo que estoy haciendo ahora. Estoy muy feliz", aclara Thomas, padre de dos hijos.

"¡Así que a por mi próximo gran desafío: ser profesional en los negocios! He pasado los últimos 9 años convirtiéndome en un triatleta de clase mundial, un muy buen esposo y padre, y un CEO 'aficionado' a tiempo parcial. Voy a pasar los próximos 4-5 años convirtiéndome en un CEO, esposo y padre de clase mundial, haciendo algunas carreras por diversión y para mantenerme feliz y equilibrado", añade.

"Ahora es tiempo de llorar. Muchas gracias a todos. Mi sueño siempre fue ser triatleta profesional. Pero nunca me imaginé, ni cuando era niño o incluso a los 20 años, que llegaría a conseguirlo a los 30. Fue tan divertido. Qué maldito viaje...", concluye 'el aviador' Jesse Thomas.