Después de la tragedia que se vivió el pasado domingo en el IRONMAN de Hamburgo, que dejó un motorista de 70 años fallecido y dos heridos (el fótografo, de 50, que también iba en la motocicleta ya ha sido dado de alta; y el triatleta de grupos de edad, de 26, que colisionó violentamente contra la moto sigue hospitalizado en estado grave), Patrick Lange, bicampeón en Hawaii (2017 y 2018), compartía en las redes sociales una carta abierta a IRONMAN, donde pedía a los responsables de la franquicia que tomara medidas concretas para evitar que se repitan semejantes dramas.
Lange habla de:
1) Reducir la cantidad de motocicletas de los medios durante las carreras
2) Restringir el uso de motos por parte de los gerentes o fotógrafos privados
3) Hacer cumplir una regla estricta de que los vehículos de apoyo mantengan una distancia de al menos 50 metros con respecto a los triatletas
4) Las motos oficiales de la prueba con fotógrafos/operadores de cámara de televisión o jueces sólo podrán circular junto a los triatletas en carreteras más anchas y por períodos limitados
5) Prohibir que las motocicletas circulen junto a los triatletas en carreteras con tráfico en dos sentidos
Además, muchas voces han criticado que IRONMAN no interrumpiera la transmisión de televisión e incluso que no suspendiera la competición después del accidente mortal, como han reclamado Jan Frodeno o Josh Amberger, que presenciaron el terrible choque en primera línea.
Aunque se ha hecho esperar, Andrew Messick, CEO de IRONMAN, está compareciendo en las últimas horas en distintos medios para dar las pertinentes explicaciones oficiales.
"Mantener la transmisión fue un error; y somos los responsables"
“Quiero reconocer que nunca antes habíamos tenido algo así: un accidente mortal en plena transmisión en vivo. Creo que no lo hicimos bien. Si pudiéramos volver atrás, la habríamos interrumpido y no habría puesto al narrador Greg Welch y al equipo en la posición de hablar sobre la luz del sol cuando todos habían visto lo ocurrido. Mantener la transmisión fue un error. Y somos los responsables”, asegura Messick en triathlonmagazine.ca.
“Nuestro equipo de Hamburgo pensó que las condiciones eran seguras para continuar la carrera. Fue una alternativa mejor y más segura que detenerla con 2.000 triatletas en competición", sentencia el CEO de IRONMAN, que también ha aclarado por qué silenciaron durante un tiempo el fatal accidente: "No queremos que los familiares y allegados de las víctimas se enteren de algo así a través de la televisión o un tuit. Una vez que tuvimos la confirmación de las autoridades alemanas de que la familia más cercana del conductor de la motocicleta había sido informada, pudimos proceder con una declaración más detallada".
Las motos... ésa es la cuestión
En cuanto a la caravana de motos que acompañaba a la cabeza de carrera (de hasta 18, según Josh Amberger), también cuestionada por Patrick Lange, Messick asegura que "cumplía con el protocolo de seguridad implementado en Hamburgo. ¿Fue suficiente? No haríamos que la carrera se llevara a cabo si no pensáramos que las cosas son seguras", alega el responsable de IRONMAN.
Las medidas de IRONMAN
¿Y qué harán a partir de ahora con este delicado asunto del gran número de motos que, como se ha visto, pone en peligro a los triatletas?
Responde Messick:
Hay tres cosas importantes:
1) Asegurarnos de tener el plan correcto para la cabeza de carrera. Ese plan debe reconocer que si tenemos éxito en lo que estamos tratando de hacer, habrá más demanda de motos, y debemos ser realmente reflexivos al respecto. Si somos capaces de generar el interés que queremos, tenemos que ser capaces de gestionarlo.
2) Necesitamos estudiar los recorridos y ser más reflexivos sobre cuáles son los requisitos para ciertos tipos de carreras. Es hora de que analicemos detenidamente los recorridos en bucle, de ida y vuelta: cuáles son las características concretas de las carreras, especialmente los grandes eventos.
3) Tenemos un protocolo de actuación para los accidentes graves, pero todavía no lo tenemos para la transmisión televisiva.