Collin Chartier cuajó un 2022 para enmarcar con dos victorias que le lanzaron al estrellato en el mundo del triatlón: el Open USA de la PTO (Organización de Triatletas Profesionales) y el IRONMAN de Mont-Tremblant. De hecho, llegó al Mundial IRONMAN de Kona del pasado mes de octubre como favorito tras realizar la preparación con el canadiense Lionel Sanders, aunque luego acabó en el puesto 35º.
Si bien es cierto que ya una temporada antes había empezado a dar muestras de su presunta calidad con su triunfo en el Challenge de Salou y otros resultados destacados (2º en el Challenge Peguera Mallorca y en el IRONMAN 70.3 Des Moines y 3º en el IRONMAN 70.3 de Boulder).
Sin embargo, el pasado 24 de abril sus éxitos deportivos quedaron en nada después de que la ITA (International Testing Agency), recientemente designada por IRONMAN como gestora independiente de las violaciones de las normas antidopaje, anunciara que el triatleta estadounidense, de 29 años, había sido sancionado con tres años de suspensión tras dar positivo por EPO en un control fuera de competición el 10 de febrero de este 2023.
Como era de esperar, entonar el mea culpa no le sirvió para aplacar los sentimienos de "ira, frustración y decepción" que sintieron los que hasta ese momento eran sus compañeros de profesión. Todos, sin excepción, condenaron la actitud de Chartier. No hay perdón para el triatleta estadounidense, que a raíz del escándalo anunció su retirada del triatlón profesional y que ahora, un mes después, ha reaparecido... en bici.
Lo ha hecho en las redes sociales, desde La Paz, la capital del estado mexicano de Baja California Sur, que a su vez se encuentra en la península de Baja California. Chartier relata que lleva dos semanas inmerso en una aventura cicloturista y que está durmierndo en la calle:
Gracias a todas las personas que me han mostrado amabilidad y gracia este último mes...
Llevo dos semanas en mi viaje de cicloturismo.
¡Continuaré hacia el sur hasta que termine el camino!
He estado sin hogar los últimos cinco años, entonces, ¿qué importa un año más sin hogar y esta vez durmiendo en las calles?
Es una lección de humildad darme cuenta y convertirme en una de las personas que antes no me agradaban y a las que compadecía por vivir en las calles.
¿Quién soy yo para seguir juzgándolas?
Diego [aparece en una de las fotos que ha publicado Chartier] ha estado viajando en bicicleta los últimos siete años, encontró a su perro mientras pasaba por Chiapas camino al norte y ahora regresa al sur.
Y a todos los enemigos que me van a odiar, dejen sus comentarios desagradables a continuación... están haciendo maravillas con los algoritmos de Instagram...