Pilates y su evolución hacia el ejercicio de fuerza
En nuestros días, está suficientemente evidenciado que el ejercicio de fuerza es necesario para el desarrollo y el correcto equilibrio del sistema musculoesquelético (no entraremos a valorar su importancia a nivel metabólico y en otros sistemas fisiológicos, aunque también sea considerable).
Saliendo de la tradicional sala de gimnasio, han surgido y llegado a los centros de entrenamiento diferentes variantes que proporcionan un desarrollo muscular a través del ejercicio de fuerza. Estas variantes pueden aportar, a lo largo de una sesión, el estímulo y la carga mecánica necesarios para dicha mejora. Como el ejercicio físico, per se, es algo que suele costar incorporar en la rutina diaria, es fundamental encontrar una práctica que se adapte a nuestros intereses para generar adherencia y, así, poder beneficiarnos de sus efectos.
¿Puede considerarse el método Pilates como una de estas opciones?
El método Pilates fue creado por el alemán Joseph Hubertus Pilates a principios del siglo XX.
En su primera fase de desarrollo, durante la Primera Guerra Mundial y trabajando con soldados heridos, el método adquirió un carácter rehabilitador. No podemos olvidar que Joseph, autodidacta, sufrió raquitismo, asma y fiebre reumática durante su infancia, y pese a ello —o tal vez gracias a ello— consiguió desarrollar un sistema muscular equilibrado y saludable.
De carácter alemán y dadas las circunstancias de la época, el método adquirió entonces una versión de entrenamiento más dura. Valiéndose de ejercicios de la gimnasia sueca, su método se asemejaba por momentos a la calistenia, tan antigua y tan de moda en nuestros días. No en vano, algunos de sus antiguos alumnos aseguraban (oído de primera mano) que una llamada para entrenar a las SS fue lo que motivó su exilio a Estados Unidos.
Ya en Nueva York, gracias a la influencia de su querida Clara Pilates, el método evolucionó hacia una versión más amable y se orientó hacia el público que más lo demandaba: durante muchos años, los bailarines profesionales de la Gran Manzana.
Un método que evoluciona con el contexto.
Podemos afirmar que el método Pilates ha ido adoptando diferentes formas, adaptándose siempre a las necesidades del público al que se dirigía.
Las bondades del método no radican únicamente en los 34 ejercicios de suelo o los más de 500 con aparatos. La verdadera magia del Pilates es que se trata de un sistema que valora el entorno en el que se desarrolla, respeta a la persona y sus necesidades individuales.
En nuestros días, aplicar el método con el objetivo de desarrollar la fuerza es una posibilidad que todo buen profesional debería ser capaz de explorar y priorizar.
Las herramientas que proporcionó el inventor del método —el reformer, la silla, el cadillac, el aro mágico, etc.— están evolucionando. Los proveedores ofrecen ya muelles que permiten mayor resistencia, y la integración de cargas externas o nuevos materiales (como el TRX) para enriquecer las sesiones debe ser hoy un "must" para los entrenadores que aspiren a mejorar la salud de sus clientes.
El verdadero reto está en cómo aplicar esta progresión dentro de clases colectivas, pero eso lo dejaremos para otro día.
Conclusión
Ojalá los defensores a ultranza del método clásico dejen de llevarse las manos a la cabeza al leer artículos como este y entiendan que, si Joseph Pilates siguiera vivo, sin duda habría seguido evolucionando su sistema con la evidencia científica y las herramientas a su alcance. Todo ello en aras de su objetivo final: una sociedad más fuerte, menos enferma y más sana.
Santi Ostolaza, Agora Yoga Pilates
Artículo de opinión de Santi Ostolaza, Profesor de Pilates certificado por Power Pilates en 2006, por Pilates W&E en 2009 y certificado por la PMA. Máster en biomecanica por Resistance Institute. Actualmente combina sus entrenamientos con la dirección de tres centros propios y de Agora Yoga y Pilates Franquicias, que apuestan por hacer crecer el sector de una manera sostenible para acercar las dos disciplinas a una sociedad que tanto lo necesita.