Seguro que has oído a más de un ciclista profesional comentar que no es bueno excederse con el entrenamiento en rodillo, de hecho. Yo recuerdo comentar a Óscar Freire, cuando ganó el Mundial de Ciclismo, que no hacía sesiones más de una hora de rodillo. De la misma opinión es el ex pro Luis Pasamontes, que en un reciente post al respecto afirmaba que “en ningún caso debes hacer más de una hora...”, puedes escucharlo aquí...
En mi opinión, hacer más tiempo no es que sea perjudicial porque sí, y depende de muchos factores: tipo de rodillo, lugar de realización de la sesión, nivel de exigencia y del objetivo del entrenamiento, etc. Pero lo que sí se puede decir es que en términos generales no es recomendable. Se establece esta cantidad porque en menos de 60 minutos podemos obtener muchos beneficios y reducir los inconvenientes que sesiones de mayor duración pueden tener para la salud. Pero esta “recomendación” es contraria a los miles de entrenos que cuelgan en las redes sociales triatletas profesionales y aficionados al ciclismo, donde las sesiones de 3 horas, e incluso de más duración, son una práctica habitual. Supongo que será una forma de demostrar a los demás que se es capaz de hacer más horas que el vecino pedaleando en un mismo sitio.
Con el incremento de las ventas de rodillos, tapices y simuladores de todo tipo ante el aislamiento obligatorio que todos estamos sufriendo, pero respetando, surgen las dudas al respecto: ¿cuánto esfuerzo es saludable y cuánto puede ser perjudicial? Como con todo, excederse nunca es recomendable, pero tampoco hay que compararse con un ciclista o un triatleta profesional que tienen que mantener su alto nivel estando confinados.
Determinar una duración máxima saludable es un tema muy particular. Como simulador de pedaleo que es, podemos aprovechar los numerosos beneficios que aporta en poco tiempo, esto se denomina rentabilidad y permite reducir al máximo los inconvenientes que un uso excesivo puede ocasionar. En este sentido, el principal inconveniente que tiene el rodillo es que, al no existir desplazamiento, el aire no ayuda en la refrigeración corporal, por lo que el mecanismo de convección no existe. Al reducirse la perdida calórica a través de la convección, hace que se dispare la sudoración para evitar la hipertermia y por ello hay un mayor riesgo de deshidratación. Para minimizar al máximo este inconveniente no solo se puede reducir la duración de las sesiones, sino que se debe pedalear en un lugar bien ventilado, llevar ropa que facilite la evaporación del sudor, acompañar el esfuerzo con un ventilador y aumentar las pautas de hidratación bebiendo previamente, durante y tras finalizar la sesión de pedaleo indoor.
Aprovecho para recomendar que en las sesiones sobre el rodillo, en vez de pretender mejorar la resistencia aumentando la duración de las sesiones, es más útil optar por mejorar otras capacidades o en otros ámbitos, bien sea dando protagonismo a la intensidad, solicitando el sistema cardiovascular y respiratorio en toda su amplitud mediante entrenamientos intervalados o mejorar la coordinación jugando con diferentes cadencias y tratando de aumentar la cadencia con control neuromuscular. También podemos entrenar la fuerza y la potencia muscular moviendo grandes desarrollos, intercalando diferentes periodos de trabajo y de descanso, o realizar series de pedaleo con una sola pierna con las que se logran interesantes beneficios neuromusculares que lograrán un pedaleo más eficiente.