A Nicky Roberts, enfermera de profesión, le han diagnosticado cáncer invasivo de mama dos veces en los últimos tres años. Ahora está en plena fase de tratamiento para curarse del segundo… Y este domingo va a participar en el 70.3 de Cairns (Queensland, Australia), su cuarta prueba Ironman.
Su dos hijos –Orla, de 10 años; y James, de 8–, el resto de sus familiares y sus compañeros de entrenamiento, le han puesto un apodo: “soldado”…
“Nicky está pasando por el tratamiento para el cáncer de mama y, al mismo tiempo, intenta cumplir su plan de entrenamiento. Metemos las sesiones de preparación cuando es posible, adaptándolas a los momentos en los que no tiene que recibir tratamiento”, comenta el entrenador de su club de triatlón, Nick Carling.
“He tenido la suerte de vivir en un país donde tengo acceso a los medios necesarios para tratar de salvar mi vida”, dice Nicky.
Este pensamiento le ha llevado a plantearse el Ironman 70.3 de Cairns con un doble objetivo: el ejemplar desafío personal y como medio para recaudar fondos destinados al Centro de Bienestar de COUCH en Manoora (Australia), que ofrece un amplio espectro de servicios a pacientes con cáncer y donde ella misma está siendo atendida.
“A lo largo de todo este tiempo de enfermedad, mi familia, amigos y los entrenamientos de triatlón y las carreras me han mantenido viva, a menudo, con una gran sonrisa en mi cara. Ahora, quiero desafiar a mi cuerpo y a mi mente terminando el Ironman 70.3. Quiero devolver todo lo que he recibido, concienciar a todo el mundo y, si es posible, recaudar muchos fondos para que desde COUCH sigan con su fantástico trabajo”, comenta Nicky que, a sus 48 años y en pleno proceso de tratamiento de un cáncer, va a por su cuarta carrera Ironman.