Regresaba a las Series Mundiales en Yokohama (Japón) después de una lesión de cadera que le ha tenido apartado de la competición varios meses. Y lo hacía con muchas ganas. Se puso en cabeza en la natación y lideró todo el segmento, algo de lo que habitualmente se encarga el eslovaco Richard Varga. Y en la bici intentó, sin conseguirlo, la escapada con el noruego Blummenfelt...
A falta de 500 metros para llegar a la T2, con sus opciones de victoria intactas, el triatleta británico entró demasiado rápido en una de las últimas curvas y se empotró contra las vallas. Ahí perdió todas sus posibilidades, pero volvió a ser protagonista de otra imagen que quedará para el recuerdo. Aun sabiendo que no tenía nada que hacer en la carrera, en lugar de retirarse, algo que perfectamente podria haber decidido, se echó la bici al hombro para correr descalzo esos últimos 500 metros del tramo ciclista, llegar a la transición, calzarse las zapatillas y terminar la prueba.
Aunque terminó 42º, el sexto por la cola, dio todo un ejemplo…