Casi dos kilómetros con una pendiente media por encima del 14% y rampas –con tramos de hormigón rayado– que en algún punto superan el 25%...
Javier Gómez Noya, que sigue preparando sus próximos objetivos, lo subió en poco más de 8 minutos, con esfuerzo pero sin retorcerse demasiado, como suelen hacer la mayoría de los que afrontan la escalada al Mirador de Ézaro, en Dumbría, uno de los municipios más interiores de la comarca de Fisterra, que ya ha sido final de la Vuelta a España. El triatleta gallego fue el más rápido en la subida, lo que le permitió llevarse la victoria en la ruta larga de la Gran Fondo Ézaro de este domingo, en algo más de 3 horas.
Además, su novia, la triatleta neozelandesa Anneke Jenkins, hizo lo propio en la corta. En su caso, tardó 12 minutos en completar la subida al Mirador.