Sam Long es uno de los triatletas de moda: le sobra carisma... y resultados.
A sus 28 años, ocupa la 4ª plaza del ranking mundial de la PTO por méritos propios. Y ha terminado 6º en el escalafón final del T100 Triathlon World Tour, que vivió su séptima y última etapa el pasado fin de semana en Dubai, con victoria y título mundial para el belga Marten Van Riel y la estadounidense Taylor Knibb.
Yo Yo Yo –su apodo– cierra la que ha calificado como "la mejor temporada de su carrera" con sendos triunfos en el IRONMAN de Chattanooga y en los 70.3 de Pucón y St. George. Además, fue 2º en el 70.3 de Oceanside y en las pruebas del T100 de Miami y Singapur.
En el T100 de San Francisco acabó 8º; en Londres, 11º; en Las Vegas, 6º; y en la Final de Dubai, 10º.
A todo esto hay que sumar su paso por el IRONMAN de Frankfurt para intentar clasificarse, sin éxito, para el Mundial de Hawaii. En Kona, por cierto, se le echó mucho de menos...
En resumidas cuentas, Long llegó 'fundido' a la Final del T100 de Dubai, como reconocía en vísperas del evento: "Dios mío, estoy cansado, y no solo físicamente".
Pero Long tiró de casta y, aunque salió el último del agua, remontó en la bici y en la carrera a pie hasta ese top10 que le sirvió para agarrarse a la 6ª plaza final del ranking T100.
"Luché con todo lo que tenía. ¡La fuerza interior necesaria para hacer remontadas tan grandes en seis ocasiones diferentes ha sido suficiente para acabar conmigo! Ha sido un año tenaz y puedo decir con orgullo que soy la mejor versión de mí mismo, tanto como atleta como persona. Estoy orgulloso de lo que he hecho y puedo mirar atrás y decir que es mi mejor temporada", comenta en su última publicación en redes sociales.
Mucha fatiga y mucha emoción contenida que finalmente se desbordó en la entrevista posterior a la prueba. El bueno de Sam comenzó a llorar como un niño, se derrumbó... Pero allí estaban dos campeones del mundo, Jan Frodeno y Sam Laidlow, para consolarle (a partir del minuto 26:00 del siguiente vídeo): pelos de punta...
Sam Long se derrumba entre lágrimas; Jan Frodeno y Sam Laidlow le consuelan
