Cinco puertos alpinos... más de 4.000 metros de desnivel en 145 km... otra jornada de lluvia y frío...
La novena etapa del Tour de Francia que se ha disputado este domingo ha puesto a prueba la resistencia de los corredores que siguen en competición, especialmente la de los velocistas, entre ellos, Mark Cavendish.
El corredor británico del Deceuninck, de 36 años, renacido en esta edición de la ronda gala con dos victorias de etapa, la 4ª y la 6ª, sufrió, y mucho, para escapar del fuera de control en esta jornada infernal. Lo logró por tan sólo un minuto y medio, gracias al trabajo de sus compañeros Tim Declercq y Michael Morkov.
Al entrar en meta, Cavendish no pudo contener las lágrimas. El esfuerzo, el propio y el de sus "niñeras" –así se refería en Instagram a Declercq y Morkov para agradecerles que le llevaran hasta la meta a tiempo–, había merecido la pena...
Así, Cavendish aún tiene al alcance de su mano el récord de Eddy Merckx. Para batirlo, deberá sumar al menos dos triunfos más en lo que resta de Tour.