Ya se han cumplido dos años desde que saltara la noticia... La triatleta estadounidense Gwen Jorgensen, oro en los Juegos de Río 2016 y campeona del mundo en 2014 y 2015, anunció que cambiaba el triatlón por el atletismo, con el objetivo de intentar luchar por otro oro olímpico en Tokio 2020... ¡en el maratón!
Aunque su proceso de adaptación no fue sencillo, fue quemando etapas: primero pasó por el 5.000, luego por el 10.000, más tarde atacó el medio maratón y, finalmente, el maratón. Y es cierto que los resultados fueron más esperanzadores en las distancias más cortas. Así, en el Campeonato Estadounidense de los 10.000, en el verano de 2018, logró la 5ª plaza. Y en el maratón de Chicago, en el mes de octubre también del año pasado, en el que era su debut como atleta profesional en la prueba de los 42 kilómetros, acabó 11ª... y lesionada.
El pasado mes de mayo se sometió a una cirugía para corregir un problema en el pie llamado deformidad de Haglund, una protuberancia ósea en el talón que puede ser muy dolorosa y llegar a irritar e inflamar el tendón de Aquiles.
Jorgensen empezó a sentir molestias después de correr el maratón de Chicago. Al final, tras arrastrar la lesión varios meses, tuvo que operarse. Desde entonces, ha estado trabajando sin descanso para estar en plena forma de nuevo en junio de 2020, para conseguir en los trials (pruebas de clasificación olímpica) que se disputarán en la Universidad de Oregon su plaza para los Juegos Olímpicos de Tokio... pero no en maratón, ¡sino en el 5.000 y/o el 10.000 en pista!
Así lo ha comunicado este miércoles a través de su canal de Youtube. "Estoy súper emocionada de anunciar que mi próximo gran objetivo serán los trials olímpicos de pista. Todavía no he alcanzado todo mi potencial en los 5 y los 10 kilómetros. Y estoy muy emocionada de comprobar dónde están mis límites. Jerry (Jerry Schumacher, su entrenador en el 'Bowerman Track Club') tiene fe en mi potencial en la pista. Desde que empecé a entrenar con él, siempre ha dicho que quería ver lo rápida que podía ser en la pista. Aunque es triste cambiar mi objetivo inicial, mi meta de ganar un gran maratón y de correr el maratón de los Juegos Olímpicos no se ha esfumado, pero no será en 2020. No es fácil cambiar de objetivos, pero es lo mejor para mí a corto plazo y largo plazo.
Definitivamente no he alcanzado mi potencial ni en la pista ni en el maratón y, con este nuevo camino, voy a conseguir no lesionarme y un buen rendimiento ahora y en el futuro. Las pruebas en pista son muy espectaculares y me permitirán concentrarme más en mi velocidad, lo cual es bastante emocionante", explica Jorgensen.