"Comienza el reto más grande de mi vida, no me voy a quejar, no me voy a lamentar por lo que pudo haber sido. El camino se ha puesto muy duro y espero servirles de motivación para que nada ni nadie les detenga. Persigan sus sueños con determinación, acepten las cosas como vienen y luchen por lo que más aman con perseverancia y mucho respeto. Sean humildes siempre de corazón. ¡¡A Tod@s un beso enorme!! ¡Disculpen mi sonrisa!"... Éste es el último mensaje que ha subido a las redes sociales Víctor Arroyo, que el pasado sábado, cuando iba con la bici, se estrelló contra una camioneta mal estacionada en el carril bici.
"El golpe fue tan fuerte que me desgarré el recto anterior del músculo cuádriceps de mi pierna derecha, pérdida de varios dientes y demás cortes y heridas. Tuvieron que operarme de urgencia y gracias a Dios todo ha salido perfecto. ¡Vamos a regresar con más fuerza! Ahora toca apretar los pocos dientes que me quedan y salir a por todas", relataba Víctor el pasado domingo ya desde el hospital, después de la intervención.
Como él mismo reconoce, "el camino se ha puesto muy duro". Pero Víctor, que vive en México desde 2014, ha demostrado que no es de los que se rinden fácilmente. El pasado 26 de noviembre acabó 7º en el Ironman de Cozumel, en su primera participación en categoría PRO en una prueba Ironman, cuando un mes antes había tenido un día bastante malo en el Mundial de Kona. Terminó 39º (30-34), en 9:39:07.
En 2016 sí hizo en Hawaii el mejor parcial a pie de todos los grupos de edad. Corrió el maratón en 2 horas y 55 minutos y se hizo con el 6º puesto de su grupo y el 55º de la general, con un tiempo final de 9 horas y 8 minutos.