¿Cuántos triatlones de media y larga distancia habría ganado ya Sam Long si no perdiera en la natación las minutadas que le lastran el resto de la prueba y le obligan a remontar desesperadamente en la bici y la carrera a pie?
Seguro que el propio triatleta estadounidense se lo ha preguntado en muchas ocasiones. Por ello, sigue buscando y probando nuevas fórmulas para mejorar en su particular talón de Aquiles: el agua.
Mentalidad de Navy SEAL
Sin ir más lejos, en el pasado Campeonato del Mundo IRONMAN de Niza, Long completó el primer segmento en 51:26, a seis minutos de cabeza de carrera: de los 53 participantes, sólo seis habían nadado peor que él.
Aun así, durante el duro trazado de bici y en el maratón final fue capaz de remontar hasta el 14º puesto en meta
Desde que es triatleta de élite ha estado trabajando sin descanso en todos los aspectos de la natación. Y ahora está incidiendo en la parte mental. Se ha fijado en las técnicas implementadas por los Navy SEALs, principal fuerza de operaciones especiales de la Armada de Estados Unidos, preparada para operar en tierra, aire y mar, como sugiere el acrónimo SEAL: Sea, Air, Land.
El objetivo es entrenar la mente a la hora de gestionar el fracaso. Su gesto en la imagen que encabeza este artículo lo deja claro. Y ya está empezando a ver resultados, tal y como explicaba hace pocos días en redes sociales:
Algunos números
4m 0s
6m 15s
4m 40s
4m 17s
Es el tiempo perdido en la natación en mis últimas 4 competiciones. Lo cual, supongo, demuestra un par de cosas.
1. ¡Nunca te rindas!
2. El punto que quería destacar es que los dos primeros corresponden al segmento de natación de pruebas de distancia IRONMAN, por lo que son más del doble de la distancia de los dos últimos, que son pruebas T100. Como podéis ver, la brecha con cabeza de carrera es drásticamente mejor, especialmente teniendo en cuenta que es el doble de distancia. [en los eventos T100 la natación son 2 km, distancia que supone un mayor porcentaje de la distancia total de la prueba en comparación con pruebas IRONMAN].
Como podéis ver, la diferencia con los primeros es mucho mayor, especialmente si tenemos en cuenta que es el doble de distancia. Este año elegí el camino difícil a propósito.
Hay pocas cosas más motivadoras que las experiencias vergonzosas, difíciles o de fracaso. No son para todos, ya que hay que saber manejarlas… Es interesante ver a los Navy SEALs adoptar un enfoque similar. Mantuve mi fe en todo momento y últimamente he estado afrontando con mucha confianza la natación.
El entrenamiento de los Navy SEALs
En su post en Instagram, Long, de 29 años, añade algunas reglas publicadas a partir de documentos desclasificados del entrenamiento de los Navy SEAL:
Los instructores diseñan deliberadamente escenarios de fracaso donde incluso los candidatos más preparados no pueden tener éxito, obligándoles a experimentar la derrota en condiciones controladas. Esto se considera una inoculación estratégica contra el colapso psicológico, que ocurre cuando las personas que nunca han fracasado se enfrentan a sus primeros problemas reales.
Los candidatos aprenden que el fracaso no es un evento terminal, sino un estado recuperable, lo que desarrolla resiliencia psicológica
Cuando las personas experimentan un fracaso controlado, al recuperarse repetidamente, sus sistemas nerviosos aprenden que los reveses son obstáculos temporales en lugar de catástrofes que destruyen la identidad.
Los SEALs que completan el entrenamiento que incluye el fracaso mantienen su eficacia operativa bajo estrés extremo, ya que tienen más probabilidades de tratar el fracaso como algo normal y han desarrollado resiliencia ante el colapso total.