"Han sido los meses más duros para mí mentalmente, sin saber si podré volver a competir al más alto nivel, pero mantendré el ánimo alto y haré todo lo posible para volver a competir... No he dicho mi última palabra"... Lo decía Richard Murray el pasado mes de mayo para confirmar que sufría una fibrilación auricular, la arritmia cardíaca más frecuente y que afecta al ritmo normal del corazón.
El triatleta sudafricano, de 33 años, cuarto en Río 2016, se sometió a la correspondiente cirugía en junio, solo seis semanas antes de los Juegos en Tokio. Milagrosamente, viajó a Tokio para competir en los Juegos, pero descartó la prueba individual para concentrarse en el relevo. Al final, el equipo sudafricano tuvo que retirarse debido a la lesión de Henri Schoeman. Desde entonces, aunque ha estado incrementado la intensidad de sus entrenamientos paulatinamente, Murray no había vuelto a competir... hasta este fin de semana.
Lo ha hecho en casa, en Sudáfrica, en el Sprint Blue Lagoon Triathlon. Un regreso a la grande, con victoria y con la mejor compañía posible en el podio: su esposa Rachel Klamer se ha llevado la plata. Richard ha completado la prueba en 1:00:49 y Rachel en 1:07:23.
“Feliz de poder volver a hacer lo que amo”, ha comentado Murray en las redes sociales.
El evento también contó con una carrera de distancia olímpica, en la que se impuso Matt Trautman (1:54:55); Bradley Weiss terminó segundo (1:55:27).