La triatleta británica Caroline Livesey estaba entrenando con la bici como cualquier otro día… Tras acabar 10ª el Ironman de Texas, había vuelto a la carga para preparar las carreras de este verano…
En un momento dado, notó que tenía detrás una furgoneta con el típico conductor impaciente. La situación se complicó cuando Caroline tuvo que frenar repentinamente para evitar atropellar a un perro y, sin querer, golpeó levemente la furgoneta, que ya estaba prácticamente encima.
El conductor entro en cólera. Pero no se quedó contento con echarle la bronca a la triatleta. En la siguiente curva cerrada, sin que Caroline pudiera anticipar sus movimientos, la estaba esperando. Se bajó del vehículo y la tiró de la bici. Luego se dio a la fuga.
"Hubo un testigo que llegó al poco tiempo y llamó a una ambulancia. Yo estaba bastante dolorida, aunque al principio pensé que sólo era el golpe. Caí de espalda. Recibí todo el impacto en la parte de atrás de la cabeza (el casco quedó destrozado) y en el sacro. Fue un golpe seco. El dolor fue aumentando con el paso de los días. La semana pasada, casi 20 días después, acudí al traumatólogo. En la resonancia se ve que tengo fracturado el sacro”, comenta Livesey desolada.
La triatleta británica no podrá volver a competir hasta el último tramo de este 2017.
La policía ya ha localizado al agresor y el caso está en manos de la justicia británica.