Aunque todo parezca decidido de antemano, la experiencia nos dice que en la Final de las Series Mundiales de Triatlón pueden pasar muchas cosas hasta el último instante. Hace un año, Cozumel fue testigo de un desenlace apoteósico, con el triunfo inesperado en el último momento de Mario Mola en el Mundial y la imagen (épica para unos y controvertida para otros) que lo hizo posible y que ya forma parte de la historia no sólo del triatlón, sino del deporte en general: Alistair Brownlee llevando a su hermano Jonny, prácticamente inconsciente, hasta la llegada en un intento desesperado por salvar el títuto...
A Mario Mola le bastaba con terminar en el podio, independientemente de lo que hiciera su gran rival, el británico Jonathan Brownlee. Sin embargo, la carrera no fue como él esperaba.
El triatleta español perdió 20 segundos en la natación con respecto a los Brownlee, que rápidamente tiraron hacia delante en la bici con otros seis triatletas y fueron abriendo hueco. En la T2 la ventaja era de un minuto y medio. El Mundial estaba en manos de Jonny, que no tardó en marcharse en solitario a por la victoria.
Sin embargo, el fuerte calor y la humedad de Cozumel condicionaron el desarrollo del segmento de carrera a pie. Cuando estaba a punto de ver la meta y el título, Jonathan perdió velocidad, se paró y empezó a tambalearse por lo que parecía un golpe de calor.
Alistair, que venía justo por detrás, se apresuró a ayudar a su hermano. Le pasó un brazo por los hombros para intentar arrastrarlo así hasta el final. Pero el sudafricano Schoeman aprovechó la situación para superar a ambos y llevarse el triunfo, sirviéndole en bandeja el Mundial a Mola. Jonathan, totalmente groggy, acabó 2º, empujado –literalmente– por Alistair. Luego llegaron Murray (4º) y Mola (5º), que ganó el título con 4.819 puntos, solo cuatro más que Jonathan Brownlee (4.815).
¿Qué pasará el próximo sábado en Rotterdam?