Su nombre y su pasado reciente como futbolista está inundando las páginas de todos los medios de comunicación. Y no es para menos.
El ciclista belga Remco Evenepoel, de 18 años, ha impresionado a propios y extraños en los Mundiales de Ciclismo de Innsbruck (Austrlia). A su ‘paseo’ del martes en la crono a 50 km/h –dejó al 2º clasificado a 1:23–, hay que sumar la exhibición que ha realizado este jueves en la prueba en línea.
A 75 kilómetros de meta, una caída masiva en el pelotón le dejó a dos minutos del grupo de favoritos. Entonces, ‘arrancó la moto’. Y no sólo enjugó esa desventaja él 'solito', ninguneando el apoyo de sus compañeros de selección y con la rueda de repuesto del coche neutro. Al llegar a la altura de los de cabeza, tampoco preguntó. Se puso al frente para seguir apretando y 'destrozando' rivales hasta marcharse en solitario a por su segundo doblete de la temporada. Y es que el ‘nuevo Caníbal’, como ya empiezan a llamarle –el apoyo de Eddy Merckx, el gran campeón belga considerado el mejor ciclista de la historia–, ya ganó las dos carreras (crono y prueba en línea) del Europeo de Brno (República Checa).
Su extraordinario rendimiento y superioridad sobre los chavales de su edad adquiere mayor valor al tener en cuenta que apenas lleva dos años en el ciclismo. Se dio a conocer en la Vuelta a Vizcaya, una de las carreras más prestigiosas del calendario internacional júnior. Antes, era un prometedor futbolista, capitán de las categorías inferiores del Anderlecht y de la selección belga de fútbol. Hasta llegó a participar en una pretemporada del primer equipo del Anderlecht.
Sin embargo, hace poco más de año y medio, se desencantó del fútbol... Fue por entonces cuando corrió el medio maratón de Bruselas que se disputó en octubre de 2016, antes de empezar en el ciclismo. Remco, con 16 años, hizo una marca de 1:16:15. Acabó 13º de 6.500 participantes, corriendo a una media de 3:37/km. Está claro que este prodigio, hijo de un exciclista profesional de los 90, tiene un motor privilegiado. Pero el atletismo, de momento, o incluso el triatlón, tendrán que esperar...
El año que viene correrá como profesional en el Quick Step de Patrick Lefevere. El futuro del ciclismo está en sus manos… y en sus piernas…