Desde que anunció su adiós al triatlón profesional hace poco más de un año, Alistair Brownlee no ha parado. A sus 37 años, con dos oros olímpicos en Londres 2012 y Río 2016, dos títulos mundiales (2009 y 2011) y cuatro europeos (2010, 2011, 2014 y 2019), el mayor de los míticos hermanos británicos está probando cosas nuevas que antes tenía vedadas por su condición de deportista de élite.
Ya tiene en mente desafíos extremos de resistencia como el UTMB Mont-Blanc, el Marathon des Sables... o el Patagonman del próximo domingo
Del Empire State Building... a la Nedbank Gravel Burn
A principios de octubre afrontaba la Empire State Building Run-Up: subir a pie los 1.576 escalones y 86 pisos del mítico edificio de Nueva York. En esta 47ª, el italiano Fabio Ruga fue el más rápido con un registro de 10:47. Pero Alistair no estuvo lejos, terminó la escalada 7º, con un tiempo de 12:28, y, lo más importante, se lo 'pasó pipa', tal y como relataba después en las redes sociales.
Y del Empire State Building... a la Nedbank Gravel Burn, en Sudáfrica, que se disputaba a lo largo de la última semana de octubre: 7 etapas para cubrir 800 km, comenzando en los bosques costeros y adentrándose en el impresionante Gran Karoo, una vasta y espectacular región semidesértica, donde los participantes descansan cada noche en remotos campamentos bajo cielos estrellados.
Por qué todavía me encanta esforzarme
En esta exigente prueba de gravel, que acumula hasta 12.000 m de desnivel, Alistair volvió a demostrar que, aunque ya no se considere triatleta profesional, sigue manteniendo su innato gen competitivo. Así, acabó en el puesto 23º de la clasificación general, con un tiempo total de 21 horas y 26 minutos, por delante del 'súper ciclista' Thomas Pidcock (26º) y del triatleta IRONMAN Cameron Wurf (32º).
Una aventura apropiada: días largos, terreno increíble y mucho tiempo para reflexionar sobre por qué todavía me encanta esforzarme
Pero hay más, porque Alistair vuelve a la carga este domingo 7 de dicidembre, cuando estará en la línea de salida del Patagonman, 'el triatlón más extremo en el fin del mundo'.
El triatlón más extremo en el fin del mundo
El Patagonman nació en 2018, gracias al apoyo de los organizadores del Norseman, en un escenario tan idílico como exigente, en la Patagonia (Chile). Se trata de una prueba de distancia IRONMAN que comienza al alba, a las 5 de la madrugada, en el fiordo de Aysén.
Los triatletas saltan desde un ferri a las aguas gélidas del Océano Pacífico para nadar 3,8 kilómetros hacia el puerto Chacabuco, donde encuentran sus bicicletas en la primera transición.
Desde ahí, pedalean 180 kilómetros, a través de la ventosa, curvilínea y altimétricamente cambiante carretera austral (2.500 metos de desnivel positivo) con destino Villa Cerro Castillo, una de las maravillosas postales de la Patagonia. En este lugar está la T2.
Dejan las bicicletas y comienzan el maratón por senderos de tierra a lo largo del río Ibáñez, atravesando bosques, lagos y caídas de agua. Al final les espera el lago General Carrera, otra postal icónica de la región. Durante la ruta se pueden divisar nutrias, lobos marinos, delfines, focas, zorros, cóndores, águilas e incluso pumas.
Esta carrera se realiza con una persona de apoyo, que ofrece asistencia en los puntos indicados
"Sin duda, el triatlón más duro que he hecho, ¡pero, lo disfruté muchísimo! La prueba no te decepciona, desde el salto desde el barco al fiordo helado en la oscuridad...", relataba el triatleta británico Tim Don tras hacerse con la victoria en 2019.
También regresó encantada con la experiencia y con la medalla de bronce Saleta Castro en 2022.
Ahora le toca a Alistair Brownlee...
