Test

Pasión: Trek Émonda SLR 10

Cuando una marca como Trek pone el alma en cada fibra de una de sus bicis, sucede algo como esta Émonda SLR 10. Es una provocación a todas las leyes de la física, capaz de reventar records y estremecer todos los sentidos del deportista que tenga la oportunidad de pedalear sobre ella.

Antonio del Pino

12 minutos

Pasión: Trek Émonda SLR 10

 Os dejamos una completa galería de imágenes para que no os perdáis detalle

Trek siempre ha sido un referente, una marca solvente, rigurosa, puntera en tecnología, con presencia de liderazgo en grandes competiciones y con gama de sobra para llenar de bicis cualquier tienda en cualquier parte del mundo. Incluso a nivel comercial, quien trabaja con Trek manifiesta su satisfacción por el trato y el nivel de compromiso que la marca tiene con el punto de venta y con los clientes finales. Por estos y por muchísimos motivos más Trek está donde está, en la elitista liga de las grandes marcas.

Sin embargo, entre los usuarios más puristas, deportistas profesionales y aficionados de exigencia sin límite, que son los que inevitablemente marcan tendencia para los gustos de muchos otros con poco criterio propio, siempre señalaban que a Trek le faltaba algo. Unos sabían expresarlo con más elocuencia que otros, pero filtradas todas esas percepciones, lo que se le pedía a gritos a Trek era una bici más irracional, una bici de carreras salvaje.

Con el trabajo bien hecho, con una bici soberbia para cada especialidad, era el momento de mostrar al mundo lo que en Trek son capaces de hacer si el objetivo es llevar las cosas al extremo del rendimiento. Ahora era el momento de estar con aquellos que quieren un formula 1 sin adornos, puras prestaciones. Afortunadamente no tienen remedio, porque incluso para crear una bici para fanáticos han invertido casi tres años de desarrollo, sin prisas ni actos impulsivos, trabajando minuciosamente para que la ciencia más avanzada y la percepción del ciclista radical, se encuentren en un punto de armonía de 4,7 Kg  al que han llamado Émonda SLR 10.

EL DIAMANTE NEGRO

Según la RAE, un diamante es: “Piedra preciosa constituida por carbono cristalizado en el sistema cúbico, que se utiliza en joyería por su brillo y transparencia y en la industria por su elevada dureza. La nueva Émonda SLR 10 es una joya: bella, cara, exclusiva y durísima si le das el uso para el que ha sido creada. La delicadeza, exquisitez y nivel de perfección que han desarrollado para que el cuadro pese tan sólo 690g en talla 56 es impresionante y el resultado dinámico despierta las emociones más profundas de cualquier apasionado de las bicis.

Esta Émonda SLR 10 emociona antes de subirte a ella porque ya al cogerla a pulso, después de aullar un sonoro taco con los ojos como platos, le sigue la siguiente emoción, la del temor, porque cualquiera podría pensar que al subirte sobre ella y dar una pedalada en condiciones, la bici se va a partir es siete cachos. Precisamente por este motivo decidimos plantear el test dinámico que podrás leer más adelante en el que queda aclarado que además de todo, es dura como el diamante.

A POR TODAS

Acertadamente, con el modelo Madone ofrecen dos plataformas geométricas (H1 con la pipa más pequeña, H2 con la pipa tamaño estándar) para que se adapten y democraticen este modelo de gran bici universal que mejoren la experiencia del ciclismo a todo el público y que además se adapte a un mayor rango de usuarios por sus necesidades geométricas particulares.

Para la Émonda SLR han procedido del mismo modo y está disponible en ambas geometrías, y ya las gamas de Émonda SL y S sólo en H2, quedando la opción H1 de geometría pro sólo para las SLR. Las diferencias geométricas más significativas de una Madone respecto a la Émonda, está en que las vainas de la nueva son 3mm más cortas (de 41 a 40.7 cm) y la dirección medio grado más vertical (de 73º a 73.5º). El resto de tubos se compensan en relación a estos cambios, modificaciones sutiles que en la práctica es lo que definen que una sea una bici infalible y muy competitiva en cualquier terreno...a una escaladora compulsiva.

MEJORES QUE LOS MEJORES

Shimano abrió el camino de los frenos Dual Pivot (cada puente ancla a dos puntos (cada pata de la horquilla) en lugar de uno central como era tradición), motivo por el que Trek se “casó” con Shimano para el avance que supuso el nuevo cuadro Madone, que a su vez venía con el freno trasero especifico Shimano a resguardo aerodinámico tras el eje pedalier. La rigidez del conjunto de freno Dual Pivot, que hace a la vez de puente de unión y refuerzo entre ambas patas de la horquilla, suponía toda una ventaja por la mejora en frenada que otorgaba, tanto en modulación como en pico máximo de potencia. Por otro lado, llegaba SRAM con sus frenos hidráulicos para llanta pero de anclaje clásico al centro de la horquilla, que gracias a la acción hidráulica ofrecen una frenada de poder sin igual. Luego, el freno trasero de la Madone, aunque damos fe de que ya han solucionado el inconveniente, no podían evitar que en ocasiones la rueda rozara contra la zapata izquierda al pedalear muy fuerte.

El par de torsión tan elevado que se produce en la tracción del casete desde la derecha, se traduce en una flexión de las vainas hacia la izquierda, motivo por el que a veces rozaba. Reforzadas las vainas y solucionado el problema, no era descabellado suponer que la Émonda incorporaría este diseño más aero y definitivamente funcional. Pues no es así. Directamente, como alguna otra marca ha presentado casi al mismo tiempo, Trek ha empleado el mismo razonamiento de la horquilla a los tirantes, es decir, cada tirante del cuadro vale de anclaje para un freno Dual Pivot, montando también un delantero aunque sea para el tren trasero. Genial.. Hasta la fecha, cualquier freno de carretera que se saliera de la producción de Shimano, SRAM, Campganolo, Magura y alguna pequeña marca elitista más, daba motivos de sobra para infundir temor. Con los nuevos Speed Stop, Bontrager no sólo ha conseguido unos frenos al máximo nivel de exigencia esta bicicleta, sino que por su peso y su impecable rendimiento es más que probable que empiecen a ser la opción a Shimano de usuarios con bicis de frenos Dual Pivot, sin que sean necesariamente para montarlos en una Trek.

EL SUEÑO AMERICANO

En temas de gustos personales no se debe entrar, por eso, porque no es una cuestión de gustos sino de objetividad, el grupo que mejor le sienta a la Émonda es SRAM Red 22 con el que la hemos probado, grupo que por la ruta de los cables que evita cualquier ángulo cerrado, funciona mejor que casi en ninguna otra bici que hayamos probado.

A la Madone, por su refinamiento y por ser una bici que contribuye a mejorar tus capacidades de manera general, le sienta mejor Shimano por su suavidad y altísima precisión (si es Di2 mejor que mejor). A esta Émonda, una bici reactiva y de tacto agresivo, le pega un grupo que te deje sentir y controlar los cambios hasta la última milésima en la que engrana la cadena en la siguiente corona. Quien dice SRAM dice Campagnolo, aunque la batalla del peso la siguen ganando los americanos y en esta bici es una de las claves.

TÉCNICA

Émonda significa “podar o recortar” y eso es lo que han hecho con este cuadro de 690g, incluyendo el emisor Duotrap, un diseño que les permite garantizar de por vida el cuadro con un de peso máximo de 125Kg del usuario, llegando al límite de la optimización de los tubos con un laminado y distribución de capas único para cada talla. Esta versión SLR usa carbono OCLV Serie 700 que consigue que encima de la bici puedas imprimir todos los vatios que seas capaz y de que toda esta potencia se transfieran con efectividad al asfalto en forma de velocidad radical.

No hemos tenido oportunidad de revisar personalmente la versión SL (de carbono OCLV Serie 500) ni la versión S (de carbono OCLV Serie 300), pero este SLR es un cuadro pensado para soportar el día a día de la carretera y el ciclista más exigente, recibir piedras proyectadas de otras ruedas, algún golpe puntual, pero qué duda cabe que no es la bici para un usuario descuidado o poco detallista en el trato a su bici.

EL TRUCO

Trek, pese a tener uno de los mejores catálogos de accesorios y componentes del mercado bajo el sello Bontrager, no dispone de material tan exclusivo y de producciones tan limitadas como pueda ser el fabricante alemán Tune. El sillín Komm-Vor Plus y tija SLR corta (nosotros necesitamos la tija más larga aunque sea obligatoriamente más pesada) y con la abrazadera de carbono pegada, han sido parte de los culpables de que nuestra unidad de test en talla 56 pesara menos de los 4,7 kg anunciados.

Esto pasa cuando la mano del hombre es la principal herramienta en la producción de componentes, que en ocasiones supera a las maquinas para obtener el mismo resultado. Trek sabe bien a quién le ha confiado el sillín de su mejor bici porque, pese a que su aspecto es espectacular y aterrador a partes iguales, y aunque tampoco lo vamos a vender ahora como si fuera sentarse sobre un cojín de plumas, con una badana de ciclismo convencional es sorprendentemente cómodo.     

DELICATESEN

Otro ejercicio de hasta dónde se puede llegar hoy con el material y que sea realmente utilizable, son las prodigiosas ruedas Tune Skyline para tubular que trae esta unidad tan exclusiva. ¿La verdad? Flexan como unas ruedas baratas, frenan de lujo y sobre todo no son unas ruedas pensadas para aguantar los martillazos que suponen las pedaladas que han tenido que soportar de los dos rodadores de 74 Kg que hemos testado esta bici.

Sin embargo, su respuesta para la escalada es casi inconcebible si no vives la experiencia de montar con ellas. Pedalear sentado a ritmo un puerto de montaña con estas ruedas es una vivencia única en la que la velocidad aumenta a cada pedalada. Estas ruedas de menos de un kilo, invitan a que luches porque cada pedalada que des sea más fuerte que la anterior, aunque no sean ni para todos los días ni para todos los públicos. 

POCO REALISTAS

Veloflex, Vittoria, Challenge… todas las grandes marcas de tubulares disponen de un modelo ultraligero. Trek ha confiado en la marca de tubulares por excelencia, Vittoria, para batir su record de peso con un tubular que se puede usar en condiciones de suelo perfecto, pero con una cantidad de caucho en la banda de rodadura tan fina, que cualquier pequeño objeto punzante se enfrenta directamente con la carcasa y la traspasa, como así nos sucedió a dos kilómetros de meta en el día la prueba de la prueba fuego.

Los Crono CS de 22 son muy ligeros, 165g, que para darse el gustazo ante la bascula están muy bien, pero la realidad manda y, después de hacerle la foto a la bici para publicarla en tu muro de Facebook, hay que montar unos Corsa EVO CX de 250g para ir sobre seguro.

¿POR QUÉ NO?

Una buena manera de restarle gramos a la SLR 10 ha sido montando desarrollo compact 50-34 en lugar de los platos 53-39, que en la práctica nunca te quedas corto de desarrollo salvo que seas triatleta profesional y necesites dar pedales por encima de los 60 km/h. A cambio te puedes enfrentar a la subida más canalla que conozcas.

Ya puestos, podríamos haber montado un único plato CX1 de ciclocrós, que además de quitarle más peso en las bielas, le habríamos restado también un buen pellizco al no llevar la mecánica en la maneta de cambio de platos, ni el cable, ni las fundas ni el desviador de platos…además de que la cadena podría ser más corta...demasiado friki incluso para nosotros, pero ahí lo dejamos para los que quieran batir un record con una rebaja de casi 300 gramos en total.

NUESTRA OPCIÓN

Sin perder un ápice de pasión y seguramente sin superar los 5,2/5,4 Kg, que sigue siendo una barbaridad, nuestra propuesta realista llega en este montaje hecho por nosotros mismos utilizando el programa Project One nuestra SLR “sólo” costaría 8.933,97€, frente a los 12.999€ de la SLR 10 que tuvimos en la redacción. Lo hemos conseguido eligiendo una pintura Solid, que es unos pocos gramos más pesada que la prohibitiva Vapor Coat y montando un sillín de verdad Affinity RXL Carbon.

Luego, con todos nuestros respetos hacia los grandiosos trabajos que consigue Tune, elegimos unas de las ruedas consideradas como una de las mejores opciones actuales: Aeolus 3 D3 para cubierta. Llegado el caso se pueden elegir en versión tubular que son un poco más baratas, ligerísimas y además el resultado estético, esto va en gustos, mejora. Por último, del mismo modo que opinamos que los frenos Speed Stop deben acompañar a una Émonda en cualquier caso, el manillar integrado Bontrager XXX debe ir siempre en esta bici. Han hecho un trabajo soberbio, es la nota de ligereza y elegancia máxima que cierra con un 10 la valoración de la Émonda y sobre todo completa las prestaciones de esta bici con un control de dirección y un poder de tracción total.  

PROBADA EN EL INFIERNO

Una bici tan especial merecía un test especial y dado que los astros se alinearon de semejante forma, no pudimos negarnos a seguir lo que desde luego fue toda una señal. Casi al mismo tiempo que recibíamos nuestra Émonda SLR, nos llamaban desde el Duatlón del Angliru para invitarnos a participar. ¿Qué mejor escenario para cerrar este test que una de las subidas asfaltadas más brutales del mundo y en la que se han escrito días de leyenda deportiva?

 “Con una bici como la Émonda es fácil equivocarse de ritmo en una subida muy larga. El problema es que las sensaciones son siempre tan buenas que cuando todavía vas fresco inevitablemente tiendes a darle lo que te pide, gas a fondo. En este primer tramo del Angliru, muy suave en comparación con lo que nos esperaba después, es un buen lugar para meter velocidad y mover desarrollos más largos pedaleando de pie fuerte cuando la bici empieza a frenarse un poco. Siempre he valorado los manillares y potencias rígidos por encima de todo, aunque sean más pesados, que consigan que los brazos muevan la bici con energía para poder asistir a las piernas. Los escaladores ligeros pedalean de otra forma, bailando sobre la bici, pero los “percherones” tenemos que buscar impulso en cada rincón de la bici y de nuestro cuerpo.  Digo esto porque el manillar integrado a priori, con el peso total de la bici podía parecer un poco de juguete… y en la práctica es impecable: ligero, precioso, rígido en el anclaje de los escaladores, con más flexión y confort en el agarre a las curvas.”

El Angliru es una subida para ir concentrado y mentalizado, es mejor no pensar demasiado en lo que te queda, hay que ser muy cortoplacista y pensar que la pedalada que estás dando es la más importante de todas. Tampoco he tenido oportunidad de hacer muchos kilómetros previos a la prueba sobre la Émonda SLR 10, tres salidas la semana anterior, pero tengo una Madone serie 7 tope de gama y sí tengo muy claras las diferencias que se establecen entre una y otra, además de los más de dos kilos de peso. La Madone está entre las tres mejores bicis que he tenido en mi vida… y no han sido pocas. Es la bici que le recomendaría a cualquiera sin miedo a equivocarme. Es elegante, sofisticada y complaciente, te hace mejor ciclista en todo y como triatleta es la bici ideal para elegirla de cara a hacer cualquier prueba, ideal para olímpico o sprint y a la que un manillar de larga con ruedas de alto perfil no le desentonan en absoluto."

“Estoy seguro de que si consigo llegar arriba sin aflojar, me voy a sentir muy orgulloso, pero no es fácil mantenerse inquebrantable en este puerto del demonio. ¿A quién se le ocurrió asfaltar esto? Ahora mismo no sé qué me duele más ¿los brazos o las piernas? Menos mal que decidimos quitar el sillín Tune y montamos un Bontrager Paradigm RXL, porque ahora mismo, que voy sentado a plomo y literalmente  sobre la punta del sillín, sólo me faltaba que me toquen con dureza la dignidad.”

“No pienses, sólo da pedales. En estas herraduras verticales a uno le surge la duda: ¿Recorto por dentro de la curva y me juego volcar hacia atrás o aunque vaya reventado voy por fuera y hago más metros? Aquí es donde las ruedas Tune empiezan a colapsarse. El gran piñón Wi-Fli de 32 dientes mete tal par de torsión  a la rueda que los radios crujen como si se fueran a arrancar de la llanta. Todo controlado y previsto dentro de los cálculos de su diseño, pero reconozco que en esos momentos… da mal rollo”.

“Pasados los 30 minutos de esfuerzo el cuerpo se hace al violento estrés, entiende que no vas a aflojar y te deja entrar en la sensación que provoca que las subidas creen tanta adición, incluso aunque no hayas nacido para ello. Es como si te ganaras el respeto de la subida y esta dejara de apalearte. Es el momento en el que el quemazón de los pulmones se hace llevadero y los músculos de tus piernas te dejan moverte con libertad, pero con cuidado.”.

“Levanto la vista, empiezo a ver las cumbres cerca y cuando por norma esto habría supuesto poner las cartas encima de la mesa para tirar hasta arriba a tope, en este puerto las distancias son muy relativas, me ha enseñado a no fiarme ni de mí mismo. Aun así, intuir el final te hace ser más positivo y con buen carácter todo va mejor, empiezo a disfrutar del trabajo realizado.”

“Ahora sí, esto ya se acaba. Meto el plato grande y aunque vaya casi sin aire en la rueda trasera, me he esforzado mucho en toda la subida como para dejarme caer y entrar de paseo. Meto todo el desarrollo que puedo y con cuidado de no salirme en las dos últimas curvas, ya con más sangre en el cerebro puedo reflexionar y pienso que, humildemente, hoy he sido un buen escalador. He hecho una de las mejores subidas de mi vida, en una de las subidas más duras del planeta y sobre una bici que está como número uno de las mejores escaladoras de la actualidad. Es para estar contento, desde luego que sí. Ahora toca disfrutar de la bajada para poder disfrutar de los paisajes y animar a Jorge, mi compañero de equipo en este inolvidable duatlón. ”

Ropa: Casco Bontrager Velocis Aero 230€, Gafas Oakley Radarlock Path 30 years sport 249€, Maillot Bontrager RXL 80€, Culote Bontrager RXL 120€, Calcetines Bontrager RXL 5” 15€ y Zapatillas Bontrager RXL 219€.