BICHO RARO
Cannondale nos prestó esta bici hace meses por el mero hecho de que la probáramos. Ni siquiera íbamos a publicar su prueba. Querían que tuviéramos la oportunidad de descubrir lo que ellos entienden como el ciclismo más amplio de hoy, como estilo de vida, el del ciclista exigente con el material pero no sólo en una franja horaria, sino las 24 horas del día. Puede parecer raro que en una revista de triatlón traigamos una bici a medio camino entre el gravel, el uso urbano o una bici de montaña pero… ¿Acaso hay algo más raro que un triatleta que ni es un nadador, ni un ciclista ni corredor al uso?
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Esta bici es un miembro honorífico de nuestra comunidad. Es de un aluminio excepcional, su horquilla Lefty apenas da unos tres cm de recorrido real pero es funcional (que puede quedar bloqueada), monta ruedas de 650 (como las clásicas más clásicas de nuestro deporte en larga distancia) y sin ser radical en nada, puede con todo. ¿Qué bici te permite callejear como un gato, hacer kilómetros y kilómetros de fondo, improvisar por una pista de arena desconocida hasta donde te lleva y bajar por un puerto en las peores condiciones con todo bajo control?
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Su gama de cuatro modelos opcionales no es lo relevante, está aquí por ser única en su especie, por su estética exótica, por no haber nacido para practicar deporte sin prejuicios, como ese deportista que se entrena como puede y donde puede, pasándolo bien siempre, sin presiones de ser el primero pero con la determinación de que por duro que se ponga llegará a la meta. Así es la Slate y… esto suena muy a triatleta.