El equipo Profesional Continental irlandés Aqua Blue Sport fue el primero en utilizar -en 2018- una bici con monoplato para pruebas en línea de carretera de primer nivel. Su 3T Strada -modelo todavía presente en el catálogo de la marca- se valía de un grupo SRAM Force CX1, casete 9-32, frenos de disco y cubiertas de 28; un montaje realmente innovador para una época en la que dominaban, además del doble plato, los frenos a la llanta y las cubiertas de 25 mm. Pero el equipo no tuvo continuidad y el proyecto quedó en el olvido.
Actualmente el monoplato es común en pruebas contra el crono, pero en carreras en línea su uso queda bastante reducido, aunque poco a poco -y con el apoyo de alguna marca de transmisiones- los corredores se van convenciendo de sus ventajas y lo utilizan en las clásicas de primavera e incluso etapas de grandes vueltas.
¿1X DE SERIE?
La marca que más facilidades pone es SRAM, pionera con su grupo Force CX1 para ciclocross lanzado en 2014; mecánico, con frenos a la llanta y 11v. La firma estadounidense tiene platos 1x con dentado ancho-estrecho que retiene mejor la cadena y cambios con sistema estabilizador Orbit que evita que la cadena oscile en los baches. También posee un amplio abanico de dentados en los casetes: 10-28, 10-30, 10-33, 10-36 y 10-44 -el XPLR para gravel-. Y si nuestro cuadro tiene anclaje de cambio UDH, podríamos montar un RED XPLR AXS -también orientado al gravel- con casete 10-46 de 13v.
Con Shimano habría que utilizar cambios GRX de gravel para evitar que la cadena se mueva en exceso, de lo contrario estaríamos obligados a montar un guíacadenas anclado en la pestaña del desviador o una pata de cambio que permita dar mayor tensión al muelle.
OTRAS OPCIONES
No podemos olvidarnos de Classified y su sistema Powershift con cambio de dos relaciones alojado en el buje. Aunque utiliza un plato, en realidad es como si tuviésemos dos, pero con la ventaja aerodinámica de un sistema 100% monoplato y sin el inconveniente del salto entre coronas. Ya lo utiliza el equipo INEOS Grenadiers en cronos. Campagnolo dispone de su grupo de gravel Ekar con 13v y, como curiosidad, el fabricante madrileño Rotor presentó en 2019 un grupo monoplato para ruta -llamado 1x13- con 13 coronas y cambios hidráulicos.
¿Y si nos arrepentimos y queremos volver al doble plato? En ese caso tocará montar dos platos sin dentado ancho-estrecho, el desviador delantero, sustituir el casete -si es de gravel- por uno de carretera, y es bastante probable que debamos modificar la longitud de la cadena.
VENTAJAS
- Simplicidad. Se prescinde del desviador y el plato pequeño. En algún caso -cambio mecánico o Shimano Di2 electrónico- también del cable.
- Ligereza. Una transmisión monoplato pesa menos, aunque la diferencia respecto a un doble plato dependerá de los componentes elegidos y si se monta un guíacadenas o no.
- Comodidad. No hay que preocuparse de cambiar de plato, saber en cuál de los dos estamos para evitar cruzar en exceso la cadena, o que esta se salga si decidimos cambiar de plato en terreno muy bacheado.
- Seguridad. Hay menos componentes que puedan romperse, fallar o desajustarse.
- Aerodinámica. Sin el desviador ni el plato pequeño reducimos la resistencia al viento.
- Economía. Hay que comprar -y mantener- menos componentes.
- Estética. Aunque sabemos que los más puristas no estarán de acuerdo, prescindir del desviador y llevar un único plato -sobre todo si es aero- logra una bici más atractiva.
INCONVENIENTES
- Salto entre coronas. Para ampliar el rango de desarrollos necesitamos un casete con más diferencia entre el dentado de la corona pequeña y la grande, lo que eleva también el salto entre todas ellas. Como consecuencia será más difícil mantener la cadencia adecuada.
- Fiabilidad. La cadena puede salirse del plato en superficies muy bacheadas, aunque podría evitarse si se emplea un antisalida o guíacadenas anclado en la pestaña del desviador -los de la marcas K-Edge y Wolf Tooth son los más populares- junto a un plato con dentado de tipo ancho-estrecho -utilizados en gravel y BTT- y un cambio trasero con una pata que eleve la tensión de la cadena.
Nuestra experiencia con 1x
En Ciclismo a Fondo nos gusta poner a prueba nuevas tendencias, y para comprobar si pasarse a un único plato era una buena idea o no, en 2019 montamos una bici a la carta a partir de un cuadro y horquilla Merida Scultura Team. Como grupo -concretamente las manetas, cambio, cadena y pinzas de frenos- elegimos un Shimano Ultegra mecánico de 11v; el casete era un 9-32 fabricado por e*thirteen para 3T, que combinado con un plato Rotor de 44 dientes -primero utilizamos un 42, pero se quedaba corto en bajadas- se acercaba a un 54x11 como desarrollo más largo y a un 36x26 el más corto, suficientes para competir en pruebas máster, ya que estas no incluyen puertos largos y duros.
La pata de cambio KCNC nos permitió aumentar la tensión del muelle -tiene varias posiciones de anclaje- para ayudar a que la cadena no se saliera del plato en zonas bacheadas. El salto entre coronas resultó elevado y el rango de desarrollos limitado en subidas duras; también apreciamos pérdidas por rozamiento cuando utilizábamos la corona de 9 dientes.
Hace unos meses cambiamos el grupo por desgaste del casete y no poder sustituirlo -está descatalogado-. Aprovechamos para montar un mix con un grupo Dura-Ace de 12v, bielas Rotor Aldhu de carbono con plato 48 y casete SRAM Force 10-33 -aproximadamente el mismo avance por pedalada que un 53x11 y 36x25-. Hemos perdido rango por los dos extremos, pero ahora el funcionamiento es mucho más suave, nos roba menos vatios y no tendremos problemas con los recambios.
Mantuvimos la pata de cambio original Dura-Ace de carbono, pero dimos más tensión al muelle taladrando un nuevo anclaje; también montamos unas roldanas sobredimensionadas Tripeak JetStream Pro. Con un plato 46 y casete 10-36 lograríamos desarrollos más civilizados, casi los mismos que con un doble plato, pero -de momento- no los necesitamos.
¿Cuándo se inventó el desviador delantero?
Las transmisiones de bicicletas nacieron con una corona trasera y un plato, como las que actualmente se utilizan en pista. En las primeras bielas que ya montaban doble plato, para que la cadena pasase de uno a otro había que cogerla con la mano, lo que requería gran habilidad por parte del ciclista. Entre el plato grande y el pequeño había muy poca diferencia de dentado debido a la escasa capacidad de la caja de los desviadores traseros, pero el plato extra en parte compensaba el reducido rango del piñón.
El primer desviador fue comercializado por Simplex -marca francesa pionera en el sistema de cambio de coronas traseras- a mediados del siglo XX. Se accionaba con una larga palanca paralela al tubo del sillín que partía directamente del desviador. Evolucionó con el sistema de tiro por cable -en 2009 pasó a ser electrónico con la primera generación Shimano Di2- y el diseño de paralelogramo deformable que actualmente se sigue utilizando.