Hace algunos meses Revista Triatlón tuvo el privilegio de entrevistar a la gran figura de este deporte, Mark Allen, acerca de la mítica carrera en Hawái de 1989. Transcribimos sus impresiones para que conozcas de cerca cómo fue la carrera en la mente del triatleta. Sin más rodeos esto fue lo que nos contó:
Triatlón: ¿La gente todavía le recuerda aquella carrera?
Mark Allen: Sí, mucha gente lo recuerda porque estaban allí o lo vieron en la TV. Fue la única vez en la historia de la carrera que los dos primeros atletas compitieron codo con codo durante más de 8 horas. Fue uno de los finales más cerrados en la historia de Ironman, con Dave Scott y yo separados por sólo 58 segundos. Además, ambos hicimos añicos el anterior récord mundial por más de 17 minutos. El segmento de maratón que hice ese día sigue en pie como la carrera más rápida jamás disputada en Hawái.
Triatlón: ¿Cree que sigue siendo la mejor carrera Ironman jamás disputada?
Mark Allen: No sé si ha sido el mejor Ironman, pero es uno de los más recordados. Ha habido grandes actuaciones en esta prueba y, personalmente, mi última victoria en el Ironman de 1995 fue mi mejor carrera. Pero la de 1989 fue posiblemente el mejor duelo jamás visto allí. De aquella jornada recuerdo lo sólido y resistente que se mostró Dave Scott; llegué a sentir que no había nada que pudiera hacer para que se diera por vencido. A medida que avanzaba el día veía más difícil superarle. La mayor dificultad la sentí a mitad del maratón; estaba corriendo rápido pero tendría que seguir así hasta el final. Y en algún momento estuve a punto de darme por vencido. Entonces me acordé de la foto de un viejo chamán huichol, de México, al que había visto dos días antes de la carrera. Su nombre era Don José Matsuwa y tenía 100 años. Tenía en su rostro una expresión de confianza absoluta en la vida. Y esa imagen me vino a la mente en un momento crítico en el que pensaba que no podría continuar. Fue como si a través de esa imagen de Don José me viniera de pronto toda la energía necesaria para dar el siguiente paso. Finalmente, con unos dos km por recorrer, en la última cuesta antes de Kona, pude abrir un hueco con Dave que fue el que me llevó a la victoria. Sé que no es el tipo de historia que se espera escuchar de una carrera atlética, en las que por lo general se habla de ritmos y distancias. Es raro escuchar que la clave fue algo que sucedió internamente y que me trajo la confianza para seguir con el esfuerzo. Pero estos son los aspectos humanos que hacen tan especiales las carreras, porque si puedes sobreponerte a una debilidad en los momentos clave se puede ganar un Campeonato del Mundo.
Triatlón: Aquel triunfo ante el seis veces ganador en Hawái significó un cambio en el status del mundo del triatlón. ¿Cambió su vida desde entonces?
Mark Allen: Fue mi paso definitivo hacia el status de gran campeón, según el estandar de este deporte. Pero ninguno de nosotros habría podido hacer esta carrera en solitario; fue la suma de nuestros esfuerzos y preparación lo que hizo posible este gran duelo. Significó un giro radical de los acontecimientos en mi vida. Finalmente fui capaz de ganar una carrera que me había dado la espalda los seis primeros años que la había corrido. Sin embargo, fue un punto de inflexión aún más grande en mi desarrollo como persona. Experimenté lo poderoso que puede llegar a ser nuestra mentalidad y el enfoque que le demos a las cosas para determinar el resultado en la vida. En medio de la carrera, el recuerdo de una imagen que había visto en una revista lo cambió todo. Poco después me encontré con el nieto de Don José, Brant Secunda, y empecé a estudiar con él, aprendiendo acerca de la forma de vida de los indios huicholes. A través de sus enseñanzas y ceremonias comencé un viaje para desarrollar mi fuerza interior. Y a partir de ahí fui capaz de ganar hasta seis títulos del Campeonato del Mundo Ironman, no sólo por tener la condición física necesaria sino porque además había trabajado con la misma diligencia en conseguir mi paisaje interno con el fin de estar preparado para una tarea tan difícil.
Triatlón: Después de seis años tratando sin éxito de triunfar en Kona, ¿cambió algo en su preparación de cara a esta carrera?
Mark Allen: A nivel físico sí, hice algunas cosas diferentes. A principios de año estuve seis semanas entrenando en Nueva Zelanda, lejos de mis distracciones habituales: teléfonos, negocios, la vida en el hogar… La única responsabilidad que tenía allí era entrenar. Y por eso fui capaz de hacer un volumen significativamente mayor de entrenamiento y asimilarlo como nunca antes lo había hecho. Vi cómo con sólo simplificar mi vida podía hacer el entrenamiento necesario para estar en gran forma para el campeonato. Pero también sabía en algún lugar dentro de mí que tenía miedo de enfrentarme a la carrera, y que había fallado en las primeras seis carreras en Hawái. Cuando las cosas iban bien, estaba seguro; pero cuando empezaba a notarme cansado o notaba a alguien más fuerte que yo, no podía mantenerme fuerte mentalmente. Pero ese año también fui con una mentalidad diferente. Por fin sabía lo que se sentía al tener ese tipo de confianza en mí mismo en la que no me parecía importar cuan imposible pareciera una victoria. Ese año fui a Hawái sintiendo mi fuerza inherente y con una renacida calma interior que parecía haberme abandonado en años anteriores. Quizá por eso tuve esa visión de Don José durante la carrera, que fue la que me dio la calma que necesitaba para no verme afectado por la intensidad de la jornada.
Triatlón: Antes de la carrera, ¿pensaba que por fin podría derrotar a Dave Scott en Hawái?
Mark Allen: Ese año mi enfoque era totalmente diferente. Por supuesto que quería vencer a Dave, pero mi objetivo principal era simplemente hacer la mejor carrera que pudiera. No sabía si podría vencerle, pero a una parte de mí ya no le importaba. Estaba allí sólo para hacer un trabajo: hacer la carrera como nunca antes había sido capaz.
Triatlón: Estuvieron corriendo más de 20 millas uno junto al otro. ¿No hablaron nada?
Mark Allen: No nos dijimos nada; ¿qué podríamos decirnos en esos momentos? Pero aunque no habláramos, en cierto sentido había comunicación entre nosotros. Dave no tenía necesidad de decirme una palabra para que yo pudiera percibir cómo se sentía.
Triatlón: Más allá de su rivalidad deportiva, ¿mantenían una buena relación personal?
Mark Allen: Fue una intensa rivalidad pero era saludable porque nos respetabamos como deportistas y como personas. Así que, aunque cada uno de nosotros siempre quería ser el campeón, competiamos con respeto más que con ganas de derrotar a alguien a quien no tienes en alta estima. Y gracias a esta competencia logramos dar lo mejor de nosotros durante años.
Triatlón: ¿Qué importancia ha tenido el aspecto mental en todos sus éxitos?
Mark Allen: Es un aspecto muy importante en las carreras, y del que casi nadie habla. Casi nadie espera tener que lidiar en carrera con problemas, debilidades o dudas, pero muchas veces ocurre. Brant Secunda y yo escribimos un libro que trata sobre muchos de estos temas, titulado “Alma en forma, cuerpo en forma”, en el que ofrecemos consejos y herramientas para ayudar a las personas a desarrollar la mentalidad de un campeón y para tener una mejor experiencia en todas las áreas de su vida.
Triatlón: Posteriormente ganó otras cinco veces en Hawái. ¿Alguna otra victoria fue tan especial como la de 1989?
Mark Allen: Sí, la última victoria en 1995 fue tal vez la más especial por varias razones. Estaba tratando de lograr seis victorias en seis participaciones consecutivas, algo que no logró Scott, y de ganar con 37 años, lo que nadie había hecho antes. Además, al inicio del maratón estaba a 13:30 del líder, Thomas Hellreigel, 13 años más joven que yo, y nunca se había remontado una desventaja tan grande para convertirse en Campeón del Mundo Ironman. Así que yo estaba tratando de hacer tres cosas que nunca nadie había hecho. Tuve que descubrir como hacerlo en medio de la carrera en los momentos más imposibles con los que me he enfrentado, y en los que tuve ganas de dejarlo un millar de veces. Pero en cada uno de esos momentos pude volver a ese lugar de quietud y de confianza en mí mismo que sólo se puede encontrar cuando dejas de pensar. Pese a que durante 30 kilómetros pareciera imposible el sueño de lograr un sexto título, encontré el valor para seguir dando el 100% en cada paso. Brant me ayudó mucho a prepararme mentalmente ese año. Hice varios retiros con él en los que me ayudó a desarrollar esa confianza inherente a la vida y la capacidad de tranquilizar mi mente. Y luego, por supuesto, hice el entrenamiento adecuado para estar en la mejor forma el día de la prueba. Esa victoria fue especial porque parecía imposible de lograr, y tuve que llegar dentro de mí a lugares por los que nunca había tenido que pasar como triatleta. Hice el mayor esfuerzo que nunca he hecho en una carrera. Tuve que dar todo lo que tenía física, mental y espiritualmente para adelantar a Hellreigel en el km 37 del maratón.
Triatlón: ¿Cree que su éxito en el “Ironwar” resultó una inspiración para que muchas personas se iniciaran en este deporte?
Mark Allen: Parece que una gran cantidad de personas se inspiraron en esa carrera. Yo corría simplemente porque amaba el deporte; no pensaba en que pudiera estar inspirando a otros. Por eso, es una agradable sorpresa cuando la gente viene y me dice que fueron mis carreras las que les llevaron a hacer triatlones o a cambiar sus vidas y convertirse en personas activas.
Triatlón: ¿Sigue involucrado actualmente en el mundo del triatlón?
Mark Allen: Sí, todavía estoy involucrado activamente en el deporte. Entreno a muchos atletas de todo el mundo, y dirijo clinics y campus. También imparto charlas a las empresas en las que explico mis experiencias en el Ironman, de manera que le pueda servir de inspiración a cualquier persona, sea deportista o no. También acabo de terminar un nuevo libro, “El arte de la competencia” (http://art-of-competition.com), que son 90 pensamientos y citas que escribí sobre la competición, la superación de desafíos y alcanzar la excelencia personal. Cada pensamiento está emparejado con una foto impresionante de la naturaleza.