Todos los triatletas que participan en un Ironman, desde el PRO que aspira a la victoria hasta el grupo de edad que sólo quiere terminar, tienen su propia historia... un camino único que les conduce hasta la línea de salida de una de las pruebas de resistencia más exigentes tanto física como mentalmente…
En el Ironman de Cairns de este domingo habría que contar más de 1.200 historias… Del debut de Javier Gómez Noya en larga distancia, ya conocemos todos los detalles. Ahora, vamos a fijarnos en la de la australiana Kate Phillips…
Kate se describe a sí misma como una persona activa, enamorada del deporte… pero atrapada en un cuerpo que no se lo permitía. Y no fue hasta su trasplante de corazón y pulmón en 2013, a los 27 años, cuando se le abrió un mundo completamente nuevo. Ahora, cinco años después de aquella operación milagrosa y traumática, Kate está a punto de vivir otro de sus sueños.
Nacida con una enfermedad cardíaca congénita, a los 10 meses de vida fue sometida a una intervención a corazón abierto que salió bien y que le permitió disfrutar de una infancia relativamente normal, aunque controlada. Sin embargo, a partir de la adolescencia, el deterioro de su corazón comenzó a pasarle factura.
"Durante mi infancia, fui muy afortunada de poder jugar como un niña normal, pero siempre tuve restricciones. Nunca pude correr más de 200 metros seguidos sin desmayarme. Cuando llegué a los 13 años, las cosas comenzaron a torcerse y un virus glandular a los 16 debilitaba aún más los músculos del corazón, por lo que la hipertensión pulmonar y la cardiopatía congénita comenzaron a causar estragos", explica Kate en Trizone.
A los 23, Kate sufrió una crisis pulmonar y un posterior paro cardíaco durante una prueba de esfuerzo, cuando llevaba seis minutos andando: “Tuve suerte de estar en el hospital cuando sucedió".
Logró mantenerse alejada de la cirugía durante otros tres años, pero finalmente agotó todas las posibilidades médicas. El trasplante era su única opción y la colocaron en el registro nacional de emergencias para un doble trasplante de corazón y pulmón.
La operación se llevó a cabo con éxito en 2013. Un mes después, Kate fue enviada a casa. Y su recuperación empezó a ir mejor que bien.
"Me obligué todos los días a caminar. Un mes después de llegar a casa empecé a correr y fue una experiencia surrealista porque siempre había soñado con correr. Era tan raro, era como si no me faltara el aliento. Parecía un pato porque no tenía músculos en las piernas, pero corría y estaba muy emocionada. Fue un gran momento”, recuerda Kate.
Doce meses después, participó en el Noosa Triathlon con su hermano, en la competición por equipos. Kate hizo los 40 kilómetros del segmento de bicicleta.
Al año siguiente, completó su primer triatlón sprint. Y unas semanas más tarde pudo cumplir otro sueño: hacer el Noosa Triathlon, esta vez en el formato individual. Es decir, superó ella sola los 1.500 metros de natación, los 40 km de bici y los 10 de carrera a pie.
En 2016, dio otro paso gigante completando el 70.3 de Cairns...
Este domingo, Kate Phillips, en el Ironman de Cairns, con su corazón y pulmón nuevos, demostrará que, como reza el lema de la franquicia, 'Todo es posible'...