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Solo seis días después de acabar 2º en el IRONMAN de Copenhague y lograr, así, su ansiado slot para el Mundial de Kona que se disputará en febrero de 2022, Lionel Sanders se puso el pasado sábado en la línea de salida de la Collins Cup para medirse, como representante del equipo Internacional, a Sebastian Kienle –equipo de Europa– y a Andrew Starykowicz –equipo de Estados Unidos–.
El triatleta canadiense, de 33 años, nadó como nunca para salir del agua a pocos segundos de Starykowicz, con Kienle perdiendo más de un minuto. En la bici, Sanders y Starykowicz demostraron que son dos de los mejores ciclistas del circuito IRONMAN, protagonizando un bonito cara a cara, caída incluida de Sanders.
Sin embargo, el subcampeón del mundo IRONMAN de 2017 doblegó al estadounidense en la carrera a pie para hacerse con la victoria. Kienle, por su parte, pudo remontar hasta la 2ª posición.
1. Lionel Sanders (Internacional) 3:19:17
2. Sebastian Kienle (Europa) 3:20:23
3. Andrew Starykowicz (EE.UU.) 3:21:09
Precisamente Kienle ponía en valor la victoria de su eterno rival: “Lionel completó un IRONMAN la semana pasada. Por tanto, es jodidamente increíble lo que ha hecho. En este deporte, sabiendo cómo te sientes una semana después de una carrera de larga distancia, ésta es probablemente una de las mejores actuaciones que he visto en estas dos pruebas consecutivas... Joder, Lionel parece estar entrando en calor. Espero que ésta no sea una nueva tendencia".
Sin embargo, la procesión va por dentro. Y, como reconoce el propio protagonista, el IRONMAN de Copenhague sí le pasó factura. “En la carrera me sentí como un atleta de IRONMAN. Las piernas, horribles. Simplemente tenía velocidad. ¿No haces ninguna serie rápida y de repente piensas que vas a correr 3:15/km? No funciona de esa manera", explicaba Sanders después de ganar la batalla a tres bandas.
En Samorin, como decíamos, pudo aguantar en el agua con Starykowicz. Sólo cedió 10 segundos, para completar el primer segmento de 2.000 metros en 27:27. “Para ser sincero, ahora estoy entrenando todo el tiempo para aprender a nadar. Ya ni siquiera miro el reloj, solo me concentro en la sensación, la sensación del agua. En la Collins Cup hice lo mismo. Ya no me siento hipóxico en el agua, siempre solía sentirme hipóxico", aclara Sanders, que está aplicando esta misma filosofía al ciclismo y a la carrera a pie.
“Siempre pensé que la natación se comportaba de manera diferente a montar en bicicleta y correr. Pero resulta que andar en bicicleta y correr en realidad se comportan de manera muy similar a la natación, en el sentido de que debes 'ser suave'. A pesar de que estás empleando mucha fuerza, debes intentar ir relajado. En Samorin no he utilizado medidor de potencia, solo me fijé en la velocidad. Y creo que he hecho una bici bastante buena. Creo que es la primera vez que me mantuve codo con codo con Starykowicz todo el tiempo, así que estoy bastante contento", afirma Sanders, a pesar de la caída.
“Mi manejo de la bici apesta. Todo el mundo ya lo sabe, lo acabas de ver en la Collins Cup. Starykowicz me decía que podía ver que me iba a caer mucho antes de que me estrellara. Una cosa que quiero hacer es ir a entrenar con algunos ciclistas profesionales y aprender a montar, a manejar mejor la bicicleta. Tengo una buena potencia, simplemente soy un asco aplicándola correctamente", añade el triatleta canadiense.
